Areíto

14 Junio 2008

 
 
Relata experiencia de edición.
 
LIBROS
por ÁNGELA PEÑA

Una historia completa de la Gesta de junio

Es la tercera edición de “Constanza, Maimón y Estero Hondo. Testimonios e investigación”
Desde julio, Ramfis dejó de ir a la Jefatura, teníamos que ir diariamente a su casa de Boca Chica, hacía preguntas infantiles y daba órdenes absurdas, hasta que apareció el notable siquiatra norteamericano Anderson, el cual era el cuarto o quinto que había visto desfilar, pero quien le puso en ‘perfecto desorden su cabeza’, es decir, lo volvió a la normalidad. Tanta sangre había terminado por agravar sus trastornos mentales existentes, produciéndole por las noches unas pesadillas horribles.

 Las revelaciones de César Saillant, ex secretario del hijo mayor de Trujillo, revelan el estado del “superconsentido” primogénito tras las inhumanas torturas a que él y miembros de su “cofradía” sometieron a los expedicionarios de junio de 1959. “Los fusilo para dar un ejemplo a las Fuerzas Armadas; pero primero los hago torturar para dar un ejemplo a mis amigos de lo que les espera si algún día me traicionan”

 Reproducciones de esas memorias inéditas son parte de las novedades de la tercera edición del que es, probablemente, el más completo de los libros publicados sobre esa patriótica incursión: “Constanza, Maimón y Estero Hondo. Testimonios e investigación sobre los acontecimientos”, de Anselmo Brache Batista, que ahora salió a la luz en presentación ampliada, corregida, mejorada, con identificación de fuentes orales, el origen de fotos y diarios y un inapreciable índice onomástico. El departamento de Publicaciones del Banco Central auspició esta reimpresión que ya empezó a agotarse.

 Anselmo Brache Batista, ligado a la empresa revolucionaria por su primo José Antonio Batista Cernuda (Chefito), dos tíos que planificaron el frustrado arribo a Constanza desde Miami, Ercilia y Manuel Batista Clisante, y a Daniel Batista, que se entrenó en Cuba pero no llegó a venir en esa jornada, lleva años recogiendo aseveraciones de militares de  altos y medios rangos que presenciaron el desembarco y la masacre; viajó a La Habana y visitó todos los puntos geográficos recorridos por los insurrectos, agregó a esta obra, además, nuevas fotos, el diario de Manuel José Del Orbe, la exhumación de los restos de otros héroes, realizada en el 2006 en Constanza. En ediciones anteriores reveló la de San Isidro.  También comenta referencias de otros escritores que han tratado el tema. Se cambiaron el diseño y las fotos de portada. El tipo de letras, el papel, fueron modificados en tamaños más amplios.

 Pese a la hermosura de la presentación, la lectura es conmovedora, desgarrante, triste. Brache unió las emociones y ternuras de las cartas de madres, esposas, novias, hermanas, la ansiedad por la partida, el drama de la insubordinación, la deserción, los juicios, arengas, detenciones, divisiones, a las horas finales de la lucha, el dolor, los martirios, la muerte.

 “Nosotros no pudimos hacer nada cuando vinieron estos valientes, y a mí se me ocurrió preparar por lo menos una gran lista con sus nombres, comencé a recabar documentos, conseguí diarios, reportes, informes, retratos, libros y me di cuenta que con el rescate de los diarios podía construir escenas”. Se incluyen íntegras las anotaciones cotidianas de “Chefito”, Juan Enrique (Johnny) Puigsubirá  y Del Orbe.

Sabueso. Don Anselsmo es arquitecto graduado en Roma y en la UASD pero posee una admirable capacidad de investigador que saca el dato hasta de los labios más herméticos, intuye cuando le mienten y logra imponer la verdad. Así pudo plasmar la actuación de impenetrables militares, sobre todo de la Aviación, aunque de todos los institutos castrenses enfrentaron, capturaron o fusilaron “aventureros”.

 Johny Abbes García, “Los cocuyos de la Cordillera”, Juan Antonio Minaya, Felipe Cartagena Portalatín, Octavio Jorge Pichardo, Juan Tomás Díaz, Ruddy Suero Rosa, Mélido Marte, “el veterano mercenario Vladimir Cessen (yugoslavo croata)”, Fernando A. Sánchez hijo (Tunti), César Báez, Pirulo Sánchez Rubirosa, Rafael Rodríguez Echavarría, Máximo (Mozo) Bonetti Burgos, Octavio (Tavito) Balcácer, Luis José (“Pechito”) y Alfonso León Estévez, Evangelista Cabrera, están entre un gran número de militares citados.

 Rafael Perelló fue el primer prisionero de la expedición. Llevado al Centro de Enseñanza de las Fuerzas Armadas y frente a un pelotón formado por cadetes elegidos al azar, fue fusilado. Ramfis Trujillo en persona dio la orden de dispararle. Murió con valentía, cuenta.

 Anselmo Brache Batista, el autor de esta historia a quien llegan regularmente cartas identificando guerrilleros cuyas fotos aparecen en su libro, documentos y reveladores testimonios, nació en La Vega el cuatro de diciembre de 1935, hijo de Anselmo Brache Viñas (Chemo) y Mercedes Batista de Brache. Está casado co n Milagros Ginebra, madre de sus hijos Giancarlo, Jania y Gianmarco.

 El volumen contiene detalles de esta  lucha desde mucho antes de los entrenamientos en el campamento Mil Cumbres, describe armas, alimentos, pelotones, enfermedades, rumores, maniobras, temores de fracaso, deseos de abandonar la lucha, lecturas. También los antecedentes de Luperón y Cayo Confites e inmensidad de fotos de los soldados tanto en el país como en Cuba o en otros países de su exilio previo a la expedición. Todos figuran con sus nombres en los diferentes frentes a los que llegaron. Además se relata la breve estadía en su tierra, los encuentros con campesinos, enfrentamientos con el Ejército, suplicios.

 Al final, Brache escribe: “Heredamos sus meritos y su gloria / debemos estamparlos en la memoria. / ¡Ellos vivirán mientras los recordemos!”

En síntesis

Novedad

La nueva edición del libro de Anselmo Brache Batista contiene revelaciones de César Saillant quien fuera secretario de Ramfis, y que vivió muy de cerca acciones del hijo de Rafael Trujillo y supo del grave estado emocional del cruel heredero.

 

 

 
 
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