El general Felipe Vásquez es recogido por las páginas de nuestra historia a propósito de la proclamación de La Vega a favor de la independencia el 4 de marzo de 1844 y los aprestos organizativos de la defensa de la ciudad de Santiago ante el avance haitiano para su enfrentamiento el 30 de marzo del mismo año. El acto de adhesión de la ciudad de La Vega se llevó a cabo en los salones del ayuntamiento, donde fueron convocados Vásquez, en su calidad de gobernador del Departamento de La Vega, y el comandante de armas, coronel Manuel Machado[1], después de haberse disparado tres cañonazos al izarse la bandera nacional y que el comandante Juan Álvarez Cartagena se presentara con su batallón ante los miembros del ayuntamiento y el corregidor Carlos Dandoins[2].

Una vez las tropas que favorecieron la separación confluyeron en la ciudad de Santiago los Caballeros y lograron la rendición del general Alexandre Morriset, comandante del Departamento de Santiago, Vásquez quedó encargado de la gobernación de Santiago, teniendo como adjunto al corregidor de Moca José María Imbert[3]. Con esa calidad, Vásquez hizo llegar a la junta municipal de San José de las Matas paquetes de cartuchos y lanzas e incluso envió un armero para componer los fusiles y demás armas descompuestas[4] y requirió el pronunciamiento de Montecristi, pocas veces mencionado, que tuvo efecto el 20 de marzo de 1844, y que estuvo a cargo del teniente José Desiderio Valverde[5]. Pero de acuerdo con Pedro Eugenio Curiel, sus esfuerzos organizativos fueron fallidos y no pudo cohesionar las fuerzas de que podía disponer[6], recayendo temporalmente el mando de la plaza santiaguera en el coronel Toribio Ramírez[7].

Vásquez tenía entonces 62 años, pues había nacido en Hincha el 20 de julio de 1782. Fue hijo de Pedro Vásquez y Ana de la Cruz Hernández[8]. Su padre, nacido hacia 1739 y quien llegó a alcanzar el grado de capitán y participó en la batalla de Palo Hincado, murió en Santo Domingo el 27 de abril de 1817, siendo sepultado en la bóveda de los Dolores de la iglesia de Santa Bárbara. Vetilio Alfau Durán dice que los esposos Vásquez Hernández abandonaron Hincha a fines del siglo XVIII, acosados por los haitianos, se radicaron temporalmente en Puerto Rico y regresaron “en los días de la Reconquista”[9].