INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

CHARLAS GENEALÓGICAS

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125 AÑOS DE PRESENCIA LIBANESA EN SANTIAGO DE LOS CABALLEROS

Preparado por Edwin Rafael Espinal Hernández

 

1. Llegada  

Consigna Orlando Inoa en su fundamental ensayo sobre los árabes en República Dominicana, que “la primera ola de inmigrantes árabes hacia América” estuvo “compuesta básicamente de cristianos procedentes en su mayoría de Monte Líbano que huían de la persecución religiosa y de las dificultades económicas que les afectaban en su patria” [1]. Ese primer contingente migratorio, agrega, “empezó a salir a mediados de la década del ochenta del siglo XIX, cuando los libaneses, aprovechando los barcos anclados en Beirut y Tiro, sobornaban a las autoridades turcas [Monte Líbano formaba parte de la provincia turca de la Gran Siria, dentro del Imperio Otomano, EEH] para salir clandestinamente hacia un puerto de Europa, especialmente Marcella [sic], en Francia, que era el preferido”[2]. Por su consideración como primer puerto de entrada al Caribe, República Dominicana fue tierra propicia para el establecimiento de estos pobladores, “atraídos por la belleza tropical del paisaje y las altas posibilidades de asentarse en el medio”[3].

Aunque Inoa comenta que “con anterioridad al año 1885, probablemente ningún árabe de los que pretendían emigrar hacia América tenía noción de dónde quedaba la República Dominicana”[4], lo que corrobora con su no presencia en un registro de extranjeros realizado en 1882 por el Ministerio de Interior y Policía[5], Jovino Espínola dice que en 1870 llegaron a La Vega “árabes, beduinos de origen, que habían venido por Montecristi o Puerto Plata a Santiago”, acompañados por una caravana de tres camellos, con “el propósito de establecer un negocio de transporte de mercancías entre Santiago, La Vega y otras ciudades más”. Fracasados en su empresa, “se fueron de La Vega, no se supo para dónde, dejando a dichos animales vagando por los campos; es decir, los dejaron botados y, como tales, ocasionaban grandes daños a las plantaciones, porque era mucho lo que comían y pisoteaban por donde pasaban”, hasta que fueron muertos por los campesinos[6].  

Justo en 1882, una de las secciones de la común de Jánico tenía por nombre “Vuelta del Turco”, en clara alusión a un emigrado “turco” o “árabe”[7]. Si ya para 1882 aquel sitio había sido bautizado con tal denominación, el “turco” que le dio su nombre debía vivir allí desde años atrás, sin dudas en la única casa registrada en su territorio, según el aludido estado. A partir de las referencias antes citadas hay que concluir en que la presencia árabe en nuestro país es mucho más antigua de lo que hasta ahora se pensaba[8].

En el caso de Santiago, la primera presencia documentada de inmigrantes árabes data de septiembre de 1884, cuando, en un texto no muy feliz, se cita la visita, “de algún tiempo a esta parte”, de “ciertos musulmanes” o “turcos” que vestidos con un “traje inadecuado”, andaban “vagando pidiendo limosnas”[9]. Una segunda referencia data de 1885, año en que fueron caracterizados durante el carnaval[10]. Llegados sin un solo centavo, por haber gastado sus “escasos ahorros” (…) “en el transporte para alcanzar América”, el hacinamiento caracterizó sus condiciones de vida[11]: en el caso de nuestra ciudad, entre 1903 y 1904, en la parte alta del callejón Ex Convento, vivía “una manada de frondosos turcos”, de cuya casa emanaba un hedor insoportable, “debido a los desperdicios (por no decir otra cosa) que arrojan a la calle los Sres. turcos o árabes o sirios”[12].

Como se expresa en la referencia antes citada con el mismo tono despectivo de la primera , los inmigrantes árabes, además de turcos, fueron identificados como sirios, por pertenecer Monte Líbano y Palestina a la provincia otomana de la Gran Siria hasta 1917[13], y de esta última manera se les menciona en la generalidad de la documentación de la época; incluso se hablaba de la colonia siria o “siriana”. Aunque estos apelativos englobaban a más de una nacionalidad, es posible conocer la procedencia de determinados inmigrantes por haberlo así establecido de manera precisa: así, Jorge Ouais[14] y Miguel Curi[15], eran oriundos de Nazaret, Palestina; los hermanos Juan y José Kanawaki Saad [¿Canahuate?], eran naturales de Acre, Siria[16], y Abraham Sahdalá de Monte Líbano[17].

Estos nacionales fueron en aumento constante en Santiago, al punto de que en 1896 se autodesignaban como colonia[18]. De 18 17 varones y una hembra contados en 1893[19], pasaron a 193 en 1903, siendo 113 varones y 80 hembras, resultando la colonia más numerosa de la ciudad, seguidos de los americanos (92), españoles (91) y cubanos (36)[20]. Aunque un gran contingente arribó en 1909[21], en 1916 su número se había reducido a 184[22]. Esta diferencia bien podría tener explicación en la determinación de algunos de retornar a su patria después de haber acumulado cierto capital, como fueron los casos de Jorge Barraquet en 1906[23], ya residente en la ciudad en 1899[24], y Elías J. Diep en 1911, que se marchó después de ocho años de residencia aquí[25].  

2. Establecimiento y competencia comercial

 Los jóvenes que componían esta inmigración, carentes de dinero[26], subsistían primeramente como buhoneros, revendiendo mercancías facilitadas por sus paisanos[27]. Uno de ellos, Pedro Elías Canahuat [¿Canahuate?], fue sentenciado en febrero de 1902 por la Alcaldía Municipal a pagar $113.00 por concepto de multa y patente, de los cuales pedía que sólo se le cobraran los $100.00 correspondientes a la patente y que el resto le fuera condonado, “en atención a su reconocida pobreza, puesto que sólo vive del crédito que sus compañeros generosamente le conceden”[28]. Este oficio era ejercido excepcionalmente por mujeres, como fueron los casos de Juana Jacobo[29], Flora Antonio[30], Sofía Jacobo de Elías[31], Juana Khouri[32] y la esposa de Salomón Pedro[33].

Aunque la mayor parte de los árabes en nuestra ciudad se insertaron al medio laboral inicialmente como buhoneros[34], en menos de una década, algunos de ellos lograron acumular cierto capital, como lo demuestra el dato de que ya para 1893 se hallaban ubicados en el mercado público[35] y el hecho de que ciertos pioneros aparecen registrados como merceros a fines del siglo XIX: entre 1896 y 1900 figuran patentados como tales por el Ayuntamiento, Antonio Safá [en otros documentos, Safe o Safet, EEH], Salomón Jorge[36], Jorge Batuli, Pedro Batuli, Rosa Batuli[37] [Batule, en otros documentos, EEH], Orahe y Balltadu estos en el campo, Nacif y Julián Haché, Abraham Hued[38], Jorge Pavaguet [Barraquet en otros documentos, EEH], José Zacarías, Abraham Sahdalá, Miguel Dada[39] [Dadá], Juan Malarech, Juan Miguel Adenat & Ca.[40], José Elías, Salin Couri, Juan Miguel, Jorge Nasaf, Antonio Lise, Gabriel Batule[41], Juan Mubarak, Salomón Abraham[42] y Abraham P. Tallaj[43]. Justo en 1900, tenían casillas en el mercado Juan Mubarak[44], Abraham Hued[45] y Pablo Gobaira[46].

El tránsito a un negocio establecido en un puesto fijo implicaba un costo tributario que no siempre podían asumir: en 1896, Salomón Jorge, Abraham Sahdalá, Avelino Sahdalá, Abraham Simón[47], Nacif y Julián P. Haché[48] solicitaron al Ayuntamiento que fuese reconsiderada la categorización dada a sus establecimientos para el pago de patente, planteamiento que reiteraron los Haché[49] y Salomón Jorge[50] en 1897, y Nacif P. Haché en 1899, a nombre de los árabes que vendían en el mercado[51].

Los árabes captaron su clientela urbana “sobre la base de un novedoso sistema de venta casa por casa y pagos parciales”[52], que beneficiaba grandemente al pueblo por sus módicos precios[53]. Pedro Batista ilustra este método:

“Vestidos con la ropa típica de su país, con bata talar y turbante; espesa barba y largos bigotes; y las mujeres con sus faldas pesadas, visitaban a las amas de casa de la ciudad. Le acreditaban telas y mercancías al detalle, mediante ínfimas cuotas semanales, con las que remediaban muchas gentes en adquirir más fácilmente, sustraídas a los emolumentos del diario de la casa, algunas prendas de vestir y efectos domésticos”[54].

Pero esta singular forma de inserción en el comercio local dejó sentir sus efectos al filo del siglo XIX: en 1899, José María Benedicto y Pedro Pablo Dobal, representantes del recién instalado “Centro de Comercio”, expusieron al Ayuntamiento que los buhoneros hacían “daño a la acción comercial”[55]. Aquella queja daría inicio a una larga cadena de lamentaciones: en 1901, los comerciantes reiteraron que les originaba perjuicios el “sistema comercial que [en] esta tiene establecido la colonia árabe”, por lo que pedían aplicar la ley en lo referente a los buhoneros[56], y el síndico, en una sesión de la Sala Capitular, externó que era necesario dirigirse al ministerio del ramo para frenar una “operación con que se defrauda el espíritu de la ley de la materia y se perjudica notablemente los intereses de esta Común”[57]. En aras de detener su proliferación, el Ayuntamiento los sometió al pago de la patente de buhonero, una de las más caras[58], y no la de comisionista. Así, en mayo de 1901, denegó el pedimento hecho por Abraham Sahdalá y otros árabes[59] para que se les expidiese patentes como comisionistas a “los árabes que salen con mercancías tanto a la población como a los campos”[60], dada su condición de pobreza. Mucho más tarde, en 1914, a José Miguel le fue negada su solicitud para vender baratijas sin pagar patente, pese a ser “un hombre pobre, ciego i con 4 muchachitos que mantener”[61].

En 1902, cuando se denunció que había árabes en el mercado como merceros sin ninguna patente para ese ejercicio[62], el regidor E. Cordero planteó la necesidad de hacer efectiva la ley frente a los buhoneros[63]. Y así se hizo: en febrero de 1902, se sometieron a la Alcaldía Municipal unos árabes que llevaban unas cargas de mercancías al campo sin estar provistos de patentes[64] y el Ayuntamiento determinó que los árabes en el mercado se debían considerar como merceros y no como buhoneros, y que en lo adelante debían pagar por cada puesto y derecho de patente 25 y no 10 centavos diarios[65]. A sugerencia del regidor Cordero, se resolvió oficiar a los ayuntamientos de Moca, La Vega, Salcedo, San Francisco de Macorís, Jánico, San José de Las Matas y Mao, “comunicándoles lo resuelto con los citados árabes, e invitándoles a hacer lo mismo en iguales casos a fin de poner término a esos abusos”; asimismo, se acordó comprar un caballo para la Policía Municipal de forma tal que se pudiera tener una mejor vigilancia sobre los árabes que iban con mercancías a los campos sin estar autorizados[66]. El Gobernador se sumaría a los esfuerzos municipales, expidiendo algunas disposiciones[67], aunque en 1905 El Diario calificó como “una barbaridad” la cantidad de pasaportes que expedía a diario la Gobernación a los “turcos”[68]

El avance de los árabes a principios de siglo alcanzó San Francisco de Macorís, cuyo ayuntamiento llegó a pedir apoyo en 1902 para solicitar al Poder Ejecutivo la promulgación de una ley en virtud de la cual sólo ejerciesen como buhoneros los dominicanos, “con el objeto de evitar los abusos que vienen cometiendo los turcos y árabes que se ocupan de ese ejercicio”. El Ayuntamiento de Santiago no estuvo de acuerdo, planteando con firmeza que solamente había que aplicar la Ley de Patentes[69]. Pero la sola aplicación de la normativa de patentes resultó insuficiente, pues en 1903, atendiendo a que “un número considerable de la colonia árabe con la forma de comercio que viene realizando” ocasionaba “perjuicios al comercio nacional y extranjero”, fue decidido dirigirse a los diputados por la provincia para que promovieran “una ley que proteja el comercio de nuestros nacionales” y además pedirle a los cabildos de Puerto Plata, Moca, La Vega, San Francisco de Macorís y Montecristi que hicieran lo mismo[70]. Montecristi acogió la propuesta santiaguera y comunicó que  elevaría a los diputados de su Distrito una propuesta de ley en contra de los árabes. Su reacción era atendible, pues oficiosamente se conocía que en Haití se había votado una ley que impedía ejercer el comercio a los árabes, “lo cual dará por resultado el desalojo de ellos de aquel territorio y la ocupación del nuestro con grandes perjuicios, quizás si no se toman sanas medidas”[71].  

De su lado, el Ayuntamiento de Santiago también se dirigió al Ministro de Interior y Policía del gobierno provisional de Alejandro Woss y Gil en 1903, transcribiéndole el oficio dirigido a los diputados de la provincia, en el que le suplicaban hicieran diligencias ante el Concejo de Gobierno para que consiguiera “una medida que deje remediado el inconveniente que se apunta”. Aunque llamó la atención sobre los “perjuicios al comercio nacional y extranjero” que causaban los árabes[72], el ministro aplazó el asunto para que fuera una decisión del gobierno definitivo[73].

Los inconvenientes causados al comercio establecido dimanaban también del espacio rural, donde los árabes llevaban mercancías a lomo de mulas. Los campesinos dejaron de depender entonces de la ciudad para hacer sus compras gracias al buhonerismo itinerante[74]; con esa interferencia “en los esquemas tradicionales de mercadeo y crédito” precisa Pedro San Miguel “los árabes contribuían a aflojar las ataduras que los comerciantes, especuladores y usureros habían hecho sobre los campesinos”[75]. Agustín Malagón fue uno de los comerciantes que sintió los efectos de esta competencia, cuando expuso al Ayuntamiento que la colonia árabe estaba ocasionando un “grave mal” al comercio “con el sistema de negocio que tiene en los campos”[76]. En aras de limitar su presencia en las secciones rurales de la común, donde muchos comerciaban sin patentes, en 1911 el Ayuntamiento acordó ofrecer $25.00 a los alcaldes pedáneos y alcaldes de agricultura por cada infractor de la Ley de Patentes que trajeran a la ciudad[77].

Las presiones del sector comercial impulsaron el sometimiento en 1904 de un proyecto de ley que buscaba prohibir el comercio árabe,  por no haber celebrado el país tratado alguno con la “Puerta Otomana”. En octubre de ese año, el diputado Francisco Espaillat de la Mota sometió al Congreso Nacional un informe a propósito de la referida propuesta, en el que se manifestaba a favor de la suspensión del “buhonerismo ejercido por extranjeros de nacionalidades arábigas”, en virtud del Art.11, numeral 8, de la Constitución, que garantizaba a los dominicanos la libertad de industria, de donde se desprendía la facultad del Estado de prohibir el comercio a los extranjeros de países con los que República Dominicana no tuviese tratados de paz, amistad, comercio y navegación. A su juicio, esa inmigración sólo prometía “a la República la importación del cólera morbo” y sus integrantes no podían ser aceptados por el gobierno como ciudadanos franceses, pues esa condición la perdían con su ingreso a nuestro país ipso facto, y sólo gozaban de ella mientras residiesen en sus países de origen, donde se inscribían en consulados franceses “con el objeto de librarse de la barbarie de sus mismos compatriotas”[78]. No obstante la presión generada por los comerciantes, aquella iniciativa no fue sancionada por el Poder Legislativo, a diferencia de Haití, donde en agosto de 1904 se había promulgado una ley anti-árabe[79].

Las características informales del mercadeo al detalle dominado por estos inmigrantes, especialmente el concentrado en el mercado público[80], planteaban una competencia desleal frente a los comerciantes nativos. En 1907, estos pidieron al Ayuntamiento que hiciera efectiva la disposición de no permitir dentro del mercado, por parte de canasteros o vendedores de baratijas, otros artículos que no fuesen aquellos que se les permitía a las canasteras, “para que así desaparezcan los tenduchos existentes y la colonia Syiria se vea obligada a establecerse como corresponde y a ejercer su profesión con los mismos gastos de alquiler de local, pago de patentes y gastos de dependientes”[81]. Severos como en ocasiones anteriores, los regidores decidieron refundir en una sola las tres clases de canasteras previstas en el Reglamento del Mercado, se fijó un derecho de 12 ½ centavos  diarios por cada puesto a partir del 1 de noviembre de 1907, y se limitaron los efectos que podían vender las canasteras, a saber: peines, peinetas, agujas, ganchos, alfileres, dedales, espejitos, cachimbos, botones, azul, fósforos, cigarrillos, cigarros, especies, lápices, jabones, cortaplumas, hilo, platos, tazas, jarros, palotes, tijeras, anillos, cucharas, pomada, esencias, trencillas, cintas de hiladillo, vasos, plumas, confitas, zapatitos de lana, galletitas, dulce, pan, queso, andullos, naipes, sebo, velas de cera, broches, pistolitas y mistos para las mismas, y juguetes[82].

La medida resultó enérgica: a pocos días, varios comerciantes árabes pidieron plazo de cuatro meses para ajustarse a sus efectos[83], pero el Ayuntamiento prorrogó su entrada en vigor apenas al 15 de noviembre de 1907[84]. Las consecuencias se hicieron sentir en lo inmediato: menos de dos meses después, en su sesión del 13 de enero de 1908, el concejo de regidores conoció de la solicitud elevada por  Nacif P. Haché, en su nombre y en el de varios árabes inquilinos de los departamentos anexos al Mercado entre ellos Abraham Sued, Amelia Vda. Nazar, A. Hued, Pedro  T. Abut, Salvador Sahdalá y Jacobo Sahdalá, para  rebajar el monto de sus alquileres, pues la disposición de las canasteras había hecho reducir sus entradas[85].

Este conjunto de reglamentaciones en el plano municipal pone en evidencia como aquellos inmigrantes, aun con una lengua, vestimenta y hábitos distintos, lograron penetrar en forma ascendente y de manera hábil en el tejido comercial, captando importantes segmentos del mercado urbano y rural de bienes terminados. Esa apropiación conllevaría a que las críticas que desde un principio se les hicieron fuesen en constante aumento.

3. Desprecio social

La prensa fue un medio clave en la estigmatización de los árabes, y al igual que en Haití, articuló una campaña de descrédito en su contra[86]. En El Diario, el más influyente periódico local de la época, se consignaba en 1907 que la inmigración:

…“de la remota Siria y de la vecina Haití, viene en su mayor parte formada por elementos completamente inútiles, de ciegos, cojos, reumáticos, enajenados….en una palabra, de individuos en completa miseria física, fisiológica y moral y que, arrojados por la impetuosa ola de necesidades, vienen a nuestro país, no a producir ni a contribuir en nada a su progreso, sino a disminuir sus recursos, presentando, por otra parte, a nuestra sociedad un espectáculo desconsolador en lo que respecta a la moral y a la estética”[87].

En las páginas de este vespertino[88], así como en los boletines municipales[89], es posible encontrar, en el curso de los años, numerosas notas y partes de la Comisaría Municipal sobre desórdenes, riñas, agresiones, amenazas, demandas, escándalos y sometimientos por violación de leyes y reglamentaciones en las que los árabes se veían envueltos, que en perspectiva, los proponían como un colectivo traumático, conflictivo y corrupto: allí aparecen desde la simple queja de que “ciertos árabes” acostumbraban “dar toda la carrera a sus caballos por las calles de esta ciudad” en 1903[90], hasta la reseña de los pormenores de la reyerta que en 1907 escenificaron en la calle Restauración, entre las calles Sánchez y Mella, Elías Zacarías y Alejandro Moubarak, en la que este último le dio cuatro puñaladas “más o menos leves” al primero, quien le disparó en el abdomen dejándolo en estado grave[91], ocasionándole la muerte[92], pasando por la causa correccional seguida en 1904 a Abraham Sahdalá por contrabando de cápsulas y revólveres[93], y el árabe loco que, desnudo por Jacagua en 1909,  ofendía “la moral pública y mantiene en sobresalto a las familias”[94].

La animadversión contra los árabes alcanzó matices xenófobos en 1910, cuando su presencia, al igual que la de los haitianos, era catalogada ya de invasión[95], atribuyéndosele traer junto a estos y los cocolos “malas costumbres y vicios denigrantes”[96]. Un elemento que vino a caracterizar en forma crítica los juicios estigmatizantes en su contra fue el descubrimiento de que árabes recién llegados habían importado una enfermedad de la vista[97], que resultó ser la “poderosamente contagiosa” tracoma[98], también denominada conjuntivitis granulosa u oftalmia de Egipto[99], y cuya difusión era favorecida por su “proverbial desaseo”[100]. Según el inspector principal de epidemias del Departamento del Sena informaba el cónsul dominicano en Bruselas, la tracoma era “una enfermedad extremadamente grave, cuyo microbio no se conoce, que no puede llegarse a curar ni con los cuidados más grandes, y sin cuidados, lleva fatalmente a la ceguera, al cabo de tres o cuatro años. Si se toman cuidados, se evita la ceguera, pero no se cura la enfermedad y el peligro de contagio subsiste durante toda la vida del enfermo”[101].

Alarmado, el Comisario de Sanidad sugirió al Ayuntamiento que era necesario “hacer luz sobre la enfermedad que se está propagando y que ha sido importada por árabes”[102]. Visto su pedimento, se decidió tramitar el caso por ante la Junta de Sanidad para que tomara providencias necesarias y así evitar su expansión[103]. La Junta Provincial de Santo Domingo respondió disponiendo que ningún sirio o turco viajara al interior del país sin un certificado de buena salud, expedido por el Jefe Provincial de Sanidad[104]. Una rigurosa inspección se hizo sentir entonces: en noviembre de 1910, llegaron a Puerto Plata 13 árabes[105], de los cuales 7 fueron reembarcados por tracoma[106].

El tracoma pasó a ser uno de los rasgos distintivos de estos inmigrantes: El Diario, en su editorial del 26 de  noviembre de 1910, expresaba:

…“cada día tenemos una nueva invasión, y el comercio es más turco que dominicano. Los turcos eran una clase de gente que viene aquí toda sucia y al poco tiempo viste de paño y casimir; al principio eran buhoneros, pero ahora son comerciantes porque la patente es mucho menor. Son gente que gana mucho y consume poco. Algunos se encariñan con la tierra y se quedan en ella: pero la mayor parte como las sanguijelas, chupan un poco de la sangre del país y van después a derramarla a las montañas del Líbano. De modo que es gente que trae poco y se lleva mucho. Me he equivocado! Ellos sí traen: el tracoma, que es una especie de plaga de Egipto sin curación”[107]

Y en otra opinión editorial subsiguiente, al preguntarse “¿qué haríamos con los turcos?”, aludía a que los árabes sólo traían “su miseria, su espíritu de sumisión, su labia oriental, propia para engañar a nuestras gentes y su tracoma”, por lo que convenía cerrarles “las puertas y que se vayan a cantar bajito a las orillas de Jerusalén”[108].

La “estrecha forma de vivir” de los árabes, que “perduró por unos veinte años” desde la llegada de los primeros inmigrantes[109], favorecía  sin dudas la transmisión de esta enfermedad: en 1915, en algunas escuelas públicas de la ciudad había niños árabes atacados de tracoma, por lo que el Ayuntamiento decidió atender la solicitud del Procurador Fiscal para verificar el asunto, recayendo la encomienda en los Dres. Senise y G. Ellis Cambiaso, en compañía del Inspector de Sanidad[110].

4. Prestancia socioeconómica y adaptación cultural

Pero en las acusaciones contra los árabes se descubre una notoria ambivalencia: en 1909, mientras el periódico “Oiga” editorializaba en el sentido de que la inmigración árabe era, “bajo todo punto de vista, perjudicial al progreso moral i material del país”, siendo sus integrantes indiferentes, serviles, contrabandistas por excelencia, peligrosos para la salud pública, antihigiénicos, indolentes, miserables y acostumbrados a la molicie más repugnante[111], El Diario de Santiago significaba que que la colonia árabe era “ya numerosa y respetable”[112]. En este mismo periódico,  en 1910, se daba cuenta de que la “respetable Colonia siria” dedicó los fuegos artificiales que se quemaron durante la retreta en homenaje al presidente Ramón Cáceres durante su visita a la ciudad[113]. Se evidencia que la repulsa era manifiesta contra aquellos que entonces recién llegaban y no contra los que habiendo alcanzado prestigio económico, tenían labrado cierto ascendente social.

De la incidencia que ya tenían los árabes en el país para entonces es ilustrativo el conflicto que se presentó en 1910 con la elección abrumadora con 174,000 votos[114] como reina de las Fiestas Invernales (carnaval) en la ciudad de Santo Domingo, de la señorita Amanda Nazar, bautizada como “La Flor del Líbano”[115]. Su escogencia, que contó con el concurso de los sirios de Santiago[116], se produjo en empate con Carmela Pumarol[117]. El propio presidente Cáceres hubo de intervenir para evitar un enfrentamiento entre sus simpatizantes[118] y lograr que hubiese dos reinas y doce princesas[119].

Como bien precisa Leónidas Sánchez Javier, “los árabes no sobrevivieron como elementos culturales distintos pues fueron penetrados por la cultura dominicana”[120]; el idioma, que representó su primera gran barrera, fue aprendido con facilidad “debido al contacto social producto de la actividad comercial”[121]. En ese sentido, la identificación de esta comunidad con la sociedad santiaguera se verificó en múltiples vertientes, siendo la adhesión a las fiestas patrias una de ellas. En 1907, la “Sociedad Siriana” publicó en El Diario una felicitación en ocasión del aniversario de la Independencia Nacional[122] y en 1910[123] y 1913[124] varios árabes ofrecieron su cooperación para la celebración del 16 de agosto. En 1911, José Alam habló en nombre de la “colonia siriana” en el brindis oficial en ocasión del 27 de febrero en el Palacio Consistorial[125] y el 30 de marzo en el parque Imbert[126]. Al año siguiente, la “colonia siriana” fue representada en el brindis de estilo por el aniversario de la Restauración de la República[127]. De sus simpatías por la política interna es de resaltar su participación en los actos celebrados con motivo de la visita oficial del presidente Cáceres en 1910: la colonia siria colocó un arco de triunfo en su honor[128] y José Alam pronunció un discurso en nombre de sus paisanos con motivo de su llegada[129].

Un personaje que ilustra en forma singular la participación de los árabes en la política vernácula fue Abraham Tallaj, natural de Gazír[130], patentado como mercero por el Ayuntamiento en 1900[131], y a quien el Poder Ejecutivo concedió carta de naturalización en 1904[132]. Este figuró como jefe de guerillas[133] en las revoluciones de 1912 contra el gobierno de Eladio Victoria[134] y 1913[135], incursionando en La Vega y Moca con grupos de hombres a su mando[136]. Apodado “Abraham el turco”[137] y “el Turquito”[138], alcanzó el grado de general[139]. En 1910 tenía una pulpería en Baitoa[140] y para 1913 vivía en Moca[141].

En contrapartida, el ya citado José Alam exhibiría los ideales expresivos de su comunidad. Fue acogido como miembro de varias sociedades de la ciudad, como el Soberano Capítulo Gethsemaní No.2[142], la Logia Nuevo Mundo No.5[143], la Cruz Roja[144] y la Alianza Cibaeña[145]. Representaba a la “colonia siriana” en los actos de las fiestas patrias, siendo uno de los oradores de turno[146]. En 1910, a propósito del diferendo fronterizo dominico-haitiano, encabezó la comisión de la colonia siriana que ofreció su apoyo a los dominicanos[147]. Hacia 1914 había editado en los talleres de El Diario la biografía de Monseñor Debs, arzobispo maronita de Beirut, traducida del francés y el árabe[148].

La profesión de la religión católica fue un aspecto fundamental de su tradición cultural que les facilitaría su aceptación en el medio local[149], al ser uno de los pocos elementos en común con los nacionales dominicanos[150]. Y aunque contraían matrimonio, bautizaban a sus hijos[151] y asistían a misa como todos, no olvidaban los ritos que habían dejado atrás en Monte Líbano: en 1903, el obispo Pbro. Chaul Kuri, de Gazhir, Líbano, estuvo en Santiago “con el objeto de atender las necesidades espirituales de sus feligreses”, oficiando, que sepamos, dos misas en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen[152], una en la iglesia de La Altagracia[153] y una en la iglesia de San Antonio[154]; de la primera en la iglesia del Carmen sabemos que fue conforme el rito maronita, y a ella “asistieron todos los árabes y muchas personas de esta ciudad”[155]. En 1913, también en la iglesia del Carmen, ofició una misa cantada el reverendo Pedro Chalele, sacerdote maronita[156] de Gazhir[157].

El lenguaje, que representó su primer gran problema[158], motivó alteraciones en el orden ortográfico y morfológico de sus nombres y apellidos. Las más simples fueron las meramente ortográficas, gratuitas o, a veces, justificadas en la forma de escritura que se procuraba; más graves fueron las que afectaron la morfología de los patronímicos, dadas por la inentendible pronunciación del detentador del apellido. El caso de Wadi Jacob Jaikal y su familia es ilustrativo de dicha transculturación. Nacido en Barsa, Trípoli, Líbano, el 8 de julio de 1881[159], su primer nombre se castellanizó y el segundo pasó a ser su apellido: David Jacobo; su esposa, Nayiba Khouri Hallal, hija de Juan Khouri y Julia Hallal, y nacida también en Barsa el 14 de agosto de 1885[160], se hizo llamar Paula. Dos tías maternas de Nayiba que le acompañaron en su travesía hacia América, Sofía y Juana Hallal, tomarían el nuevo apellido de su sobrino político, y pasaron a ser Sofía y Juana Jacobo; la primera casó con Salomón Ega y la segunda con Jacobo Sahad[161].

“A pesar del rechazo de los primeros años” comenta Inoa “los árabes no se constituyeron en un grupo cerrado, al contrario, deliberadamente no enseñaron la lengua materna y la cultura árabe a sus hijos, como una vía de facilitar su compenetración con el medio”[162]. En este sentido, la asimilación de la cultura dominicana por parte de la primera generación de descendientes de árabes nacidos en el país tuvo en la escuela uno de sus principales medios de aprehensión: entre 1909 y 1912, al menos doce hijos de árabes se encontraban matriculados en centros educativos municipales[163]. Otras instancias vinculantes, acaso en menor medida, fueron las logias: en 1910 fueron iniciados Simón Zouain en la Logia Nuevo Mundo No.5[164] y Emilio Zouain en la Logia Unión Santiaguesa No.8034[165].

En algunos, sin embargo, parece haberse manifestado una inadaptación psicosocial, que limitó su desempeño en actividades de escasa complicación: por ejemplo, Rosa Yazbec Vda. Haddad no hablaba español y tuvo que ser asistida por dos testigos para la venta de un inmueble de su propiedad[166] y los hermanos José Alejandro y María Alejandra Budajir otorgaron un recibo de descargo firmando “en árabe”, por no saber hacerlo de otra manera[167].

Los árabes fueron además un grupo caracterizado por la endogamia. Inoa explica que se casaban “dentro de su propia comunidad, o bien se trasladaban al Líbano en busca de sus esposas”[168], por haber “establecido compromisos amorosos en su tierra natal que honraron en primera oportunidad”, pero además por el desprecio hacia sus personas[169]. Los vínculos con dominicanos fueron contados: en 1904, por ejemplo casaron Amín Moisés Zouain, hijo de Moisés y Cristina Zouain, natural de Jehuch, Líbano, con la gurabera Josefa Sofía Díaz, hija de José Joaquín Díaz y Eleonora Hernández[170]. Otros enlaces extra étnicos se darían ya en la segunda generación: en 1912,  contrajeron matrimonio Isidro Bencosme y Sofía Helú[171] y Teófilo Sahdalá y Rosa Italia Stefani, hija del italiano Pedro Stefani[172]. Hubo también matrimonios con extranjeros, como el de Amelia Batule[173], viuda de José Nazar[174], quien en 1909 casó con el puertorriqueño Mario Martínez[175].

Sus lazos familiares y sus vínculos de coterraneidad y amistad facilitaron la formación de espacios para el ejercicio de la solidaridad comunitaria: para 1903 existía la “Sociedad Siriana”[176] y en 1904, los sirios establecieron la sociedad de socorro “Ghazir”, que envió entonces 500 francos a la sociedad “Maronita Liban, destinados a hacer mejoras en aquella localidad”[177]. Esas iniciativas de apoyo se extendieron también al medio local, lo que aparece ilustrado por variados ejemplos[178].

Pese a su establecimiento definitivo aquí, algunos inmigrantes no abandonaron sus intereses en el Líbano: en 1910, Salomón Jorge Llapur Gobaira, natural de Ghazir, hijo de Jorge Llapur Gobaire [sic] y Josefa Gobaire [sic], otorgó poder a Jorge Sarquis Eldebes para atender sus negocios en ese país[179], y todavía en 1929, Azad Haddad, sirio, residente en Valverde, era propietario de más de una decena de propiedades en distintas comunidades de Duma en el Líbano, año en que las vendió a Hana Haddad, residente en Santiago[180].

De otra parte, “las facilidades que les ofrecían los alimentos que se producían en el país para ellos poder reproducir buena cantidad de las recetas principales de su tradición gastronómica”[181], constituirían otro canal para arraigarse en Santiago y el país. Aunque no hay constancia de que reprodujera platos del Medio Oriente, en 1905, Salin M. Chaphni era propietario del “Café Oriental”, ubicado en la esquina de las calles Comercio y Beller, donde vendía hielo, helados, dulces y licores y tenía además un billar[182]. Aunque también muy temprano para considerar la adopción de su tradición gastronómica, en 1911 aparecen “pastelitos turcos” en el menú del hotel Pelayo[183].

5. Consolidación comercial

A partir de las relaciones de patentes que el Ayuntamiento expedía a los árabes para el ejercicio del comercio, es posible determinar sus divisiones ocupacionales, regidas sin duda por la dimensión de sus capitales. Así, a más de buhoneros, aparecen como merceros, propietarios de tiendas mixtas, peleterías y curtiembres,  almacenistas, corredores de mercancías, procesadores de tabaco, pulperos y especuladores, así como también titulados para la venta de sombreros, licores, zapatos, perfumes y artículos ferreteros, esto último a partir de 1914[184]. De aquí queda confirmado el aserto de que los recursos que acumularon como buhoneros les permitieron dedicarse a actividades comerciales de mayor trascendencia y a mejorar su calidad de vida. Dos excepciones, sin embargo, resultan de esa regla: Pedro José Diep e hijo[185] y Alejandro Antonio[186], quienes quebraron en sus negocios en 1914. 

En líneas generales, la labor desplegada como buhoneros y el rígido control de sus gastos, favorecían que iniciaran negocios más estables sin importar el renglón de inversión[187]. Pablo J. Diep, por ejemplo, patentado como propietario de una tienda mixta en 1911[188] y 1912[189], ya en 1913 había pagado también una patente como almacenista[190] e instalado la “Tenería Yaque”, donde preparaba toda clase de pieles para talabartería y zapatería, y compraba cuero de chivo, dividivi, guatapanal y mangle[191]. La venta de mercancías no quedaría atrás, pues en 1915 las patentes que le fueron expedidas correspondían a las de especulador y propietario de dicha curtiembre[192].

Nicolás y Domingo Helú, que en 1911 recibieron de su padre Jacobo Helú,  mercero y almacenista en 1902[193], el activo y pasivo de su casa comercial[194], en 1915 vendían zapatos al por mayor confeccionados en su fábrica[195]. Patentados como dueños de una tienda mixta en 1912[196], en 1915 sus patentes cubrían los ramos de ferretería, perfumería, peletería y mercería[197].

Abraham Sahdalá, patentado como mercero en 1899[198], ya en 1902 había sumado a la anterior la patente de almacenista[199], con la que aparece en lo adelante desde 1903. Para 1904, distribuía mercancías europeas y americanas[200], importadas con seguridad por el Ferrocarril Central Dominicano, pues aparece en ese año como contribuyente del impuesto municipal sobre mercancías y provisiones arribadas por ese medio de transporte[201]. Hacia 1910, ya era también exportador, específicamente hacia Estados Unidos, vía el puerto de Sánchez[202]

Las relaciones de pago del citado impuesto municipal sobre mercancías y provisiones importados por el Ferrocarril Central Dominicano son otro valioso indicador de la evolución ascendente de estos comerciantes. Por ejemplo, Salomón Jorge y Miguel Dada [en otros documentos Dadá], patentados como merceros en 1898[203] y 1899[204], respectivamente, ya figuraban en 1904 como importadores de efectos vía el ferrocarril[205], lo mismo que Pedro J. Diep, que en 1903 era arrendatario de un local en el mercado[206], siendo patentado como mercero[207].

¿Qué se podía encontrar en las tiendas de estos comerciantes? El inventario de los bienes relictos por Pedro Fadul, ya residente en la ciudad en 1910[208] y fallecido el 18 de abril de 1921,  instrumentado por el notario Ismael de Peña Rincón, nos ofrece una completa y variopinta relación de telas y artículos, remontándonos prácticamente a un bazar: irlanda inglesa, lanilla roja, lona ancha, lustrillo, lonilla, listado alabama, lino, algodón, niágara, céfiro, dril, volcán, cabeza de perro, etamina red cloth, fuerte azul, satén, sedalina, cabeza de indio, prusiana, zaraza, percal, poplin kim, croydon, raising sun, breteles, camisetas, frazadas, hilo, medias, pañuelos de madrás, lociones, pomadas, esencias, polvos, sombrillas, toallas, aceite “Argos” y azúcar “Amistad”[209]. Otro inventario, el levantado en la tienda de Nalliba Alejandra Budajir (a) María Alejandra Budajir, en 1922, trae un no menos llamativo surtido: tela panamá, céfiro medio luto, prusiana, dril blanco, cabeza de indio, poplin, lino, zaraza, curdo, fuerte azul Ozama, irlanda negra, lanilla, percalina, percal, encajes, corbatas, pañuelos y medias para hombres, camisillas, medias de mujer, hilo clark, gorras, hilo brillante, peines, tijeras, broches de presión, botones de nácar para camisas, hilo de bordar, botones para sacos, terinas de hojalata, ratoneras, medias de niños, dril para caballeros, dril blanco, tela de fantasía, calzoncillos, gorras, botones de hueso, botones de nácar para hombre, cuchillos y cafeteras de zinc[210].

Los árabes se fueron ubicando en el mismo entorno donde la élite comercial se hallaba establecida, desplazándola paulatinamente con la adquisición de sus propiedades: en 1910, Salomón Jorge compró en $7,000.00 el inmueble donde estuvo el establecimiento de José Manuel Franco[211]; en 1911, en la esquina de las calles Beller y Duarte, Elías J. Diep construyó un edificio de mampostería[212]; en 1912, Pedro José Diep compró una casa de mampostería y techada de zinc en la esquina de las calles Comercio y Beller que fuera propiedad de Simeón Mencía[213]; ya en 1913, el mismo Pedro José Diep  y su hijo eran propietarios de la casa de Toribio Morel[214], y en 1915, Baduí M. Dumit compró a los herederos de Pedro Francisco Bonó el solar donde estuvo su casa, en el ángulo noroeste de la esquina de las calles Del Sol y San Luis[215]. Incluso, algunos llegaron a radiar del sector a paisanos establecidos con anterioridad, como la Juan Bojos & Hermano, que en 1911 compró la casa comercial Salomón Jorge & Hermanos, frente a Batlle, Vega & Co., y al lado de José Vega Llenas[216]. Bastaron los tres primeros lustros del siglo XX para que los árabes controlaran el comercio local: el Anuario de J.P. Perelló, citado por Inoa, establece que en 1914, de 24 casas importadoras, 10 eran árabes (Chabebe, Dumit, Fadul & Ramia, Gobaira & Abisaab, Haché, Helú, Jorge, Sahdalá, Sued y Zouain), y de 25 casas detallistas de mercancías y provisiones, 12 estaban también en manos de árabes (Bojos, Chabebe, Dájer, Debs, Ega, Gobaira & Abisaab, Haddad, Hapud, Haché, Helú, Jorge y Khouri)[217]

En forma preponderante, el perímetro del mercado y los tramos de las calles Comercio, Sol, Cuesta Blanca y General Cabrera correspondientes a su zona de influencia, fueron sus espacios preferenciales de emplazamiento[218]. Esta tabla permite conocer la ubicación de algunos de estos comerciantes en ese sector y otras calles del casco de la ciudad:

 

Juan Mubarak                                    Mercado (1900)[219]

Abraham Hued                                  Mercado (1900)[220]

Pablo Gobaira                                   Mercado (1900)[221]

Hued Hermanos                                 Mercado (1901)[222]

Jorge Quassaf                                    Mercado (1901)[223]

 S. Kury                                             Mercado (1902)[224]

Pedro J. Diep                                     Mercado (1903)[225]

Jorge Baraquet                                   Mercado (1903)[226]

 Antonio Safet                                    Mercado (1903)[227]

José Nazar                                         Mercado (1903)[228]

José Elías Sem                                  Calle Restauración esq. calle del Vidrio, fábrica de baúles americanos (1904)[229]

Amelia Vda. Nazar                             Mercado (1905)[230]

Pedro José Diep                                Calle Comercio (1906)[231]

Juan Elías                                          Calle Cuesta Blanca (1907)[232]

José Elías Sem                                  “El Aguila de Oro” (1908)[233], calle Del Sol[234]

Marta Tallaj                                       Calle Restauración, frente a la Logia, tienda de novedades (1908)[235]

Elías y Domingo Zacarías                  Calle Restauración, frente a la Logia, zapatería “El Adelanto” (1909)[236]

Baduí Dumit & Co.                           Calle Del Sol (1909)[237]

Zouain Hnos.                                     Mercado (1909)[238]

Nacif P. Haché y Hnos.                      Calle Cuesta Blanca 30 y calle Comercio 16, (sucursal) “La Siriana” (1910)[239]

Pablo J. Diep                                     Calle General Cabrera (1911)[240]

Hermanos Chabebe                            Mercado (1911)[241]

Simón Zouain                                     En casa anexa al mercado (1911-1912)[242]

Antonio Tefe                                      Mercado (1912)[243]

Pedrito J. Diep                                   Mercado (1912)[244]

Sucursal Haché Hnos.                        Mercado (1912)[245]

Elías Z. Abinader y hermano              Calle Comercio (1912)[246]

N. y D. Helú                                      Calle Comercio esquina calle Libertad (1914)[247]

José Sued e hijo                                 Calle General Cabrera esquina callejón del mercado (1915)[248]

Aunque como queda visto el comercio a gran escala estaba dominado por hombres, el comercio al detalle era muy aprovechado por las mujeres. Los casos de Marta P. Tallaj[249], Flora Antonio, Sofía Jacobo, Julia Bes[250], Emilia Batulí[251] y la “señora Sahdalá”[252], patentadas como merceras; y de Amelia Vda. Nazar[253] y Luisa Tauir[254], propietarias de tiendas, es ilustrativo de este aserto.

Como en otros grupos migratorios, los árabes atendieron el llamado de familiares y paisanos ya establecidos que les informaban acerca de las posibilidades de progreso que el medio ofrecía, pasando a laborar junto a ellos; así, sus establecimientos eran verdaderas empresas familiares en las que compartían padres, hijos, hermanos, tíos y sobrinos. Con ese perfil familiar, en 1906, los hermanos José A. y Elías A. Sued establecieron la sociedad “Sued Hermanos y Compañía”, la cual se dedicaría a operaciones de comercio, con un capital inicial de $1,020.00. José, al no poder consagrarse al negocio, sería sustituido por su hijo  Chicre[255]. En 1911, José y Chicre cuyo verdadero nombre era Elías José Sued constituyeron la “José Sued e hijo”, disuelta en 1915[256].

El caso de los Sahdalá, citados como oriundos de Basquinta, Alto Líbano [¿Basbina, en Akkar?, EEH], y primeramente asentados en Haití[257], es más que ilustrativo de cómo los vínculos de consanguinidad devinieron en una fuente de seguridad económica y protección familiar para el desarrollo del comercio.

Los primos[258] Abraham y Avelino Sahdalá ya residían en Santiago en enero de 1896[259]. De ellos, Avelino, había pasado a residir aquí después de su matrimonio en Nueva York con Malakie K.[260]. Abraham B. Sahdalá, sin dudas una figura de avanzada dentro de la colonia árabe fue presidente de la “Sociedad Siriana” en 1907[261], e identificado desde muy temprano con numerosas iniciativas de apoyo comunitario y de solidaridad con sus paisanos[262], nació hacia 1852 en Monte Líbano[263]. Hijo de Chará Sahdalá y Paulina Tamí, casó en 1889 con Eufemia Sahdalá, fallecida en 1893, con quien procreó un hijo llamado Eufemio. Casó por segunda vez en 1900 con Juana Abdo, con quien tuvo una hija, Genoveva[264]. Su primer establecimiento se identificó como “Sahdalá Primos” y se disolvió en 1896, girando a partir de entonces como “A. Sahdalá”[265]. Murió el 30 de marzo de 1917[266].

Varios parientes suyos llegaron a asentarse en Santiago: Abdalá Salvador B. Sahdalá, hijo de Beshara Sahdalá[267], que aparece como mercero en 1901[268]  y fallecido en 1917[269]; Jacobo Sahdalá, registrado por primera vez en 1906[270], hijo de Sulaiby Sahdalá, fallecido en 1912, y hermano de Abelino [sic] Sahdalá[271]; Teodoro Sahdalá, dueño de una pulpería en 1911[272]; Jorge Sahdalá, que aparece en la nómina de los que pagaron el impuesto previsto por la Ley de Caminos en 1911[273]; y Sinecio Bichara[274] y Manuel Hachem Sahdalá[275], hijos de su hermano Hachim, fallecido en 1911[276], y de Abdat Mariam Kazaily[277], quienes se identificaban bajo la razón Sahdalá Hermanos”, para 1903[278] y como Sinecio Sahdalá y Hermanos” en 1907[279]. Una hija de Hachim Sahdalá, Diva Sahdalá Kazaily, estaba casada con José Elías Sem[280],  comerciante,[281] propietario en 1904 de una fábrica de baúles americanos en la esquina de las calles Restauración y Vidrio[282] y de “El Aguila de Oro”[283] en 1908 en la calle Del Sol[284]. Residía en Peña para 1912, cuando fue nombrado regidor en comisión de su Ayuntamiento por el Poder Ejecutivo[285].

6. Estudio de caso: los Haché

El caso de los hermanos Haché es ejemplificativo de la riqueza acumulada por los primeros inmigrantes árabes. Los hermanos Nacif Pedro, Julián Pedro y Antonio Pedro Haché eran oriundos de Gazhir, Líbano, donde nacieron en 1868[286], 1876[287] y 1889[288], respectivamente, siendo hijos de Pedro Nacif Haché y Codoyée Souaide[289] (en otros documentos Luz Sued[290], Octille Sued[291] y Ercilia Sued[292]). La tradición oral familiar recuerda que Nacif y Julián llegaron al país en 1886 y que se habían establecido en Puerto Plata, tras haberse desempeñado como vendedores de prendas en Francia y Puerto Rico[293]. Este dato contrasta con una declaración de soltería que presentó Julián P. Haché el 27 de octubre de 1900 por ante el notario Joaquín Dalmau, a quien testimonió que tenía entonces 24 años “y siete meses” de edad, que vivió en su ciudad natal hasta los 15 años, es decir hasta 1891, y que teniendo esa edad vino a Santiago, donde había vivido desde entonces[294].  

Según una publicación conmemorativa aparecida en 1986, Julián y Nacif fundaron en 1900 los establecimientos comerciales “La Siriana”, “Las Tres B” y “El Gran Baratillo”[295].  Pedro O. Haché S. asevera que “La Siriana”  fue trasladada a Santiago tras el matrimonio de Julián[296] con Gloria Sehuvoerer (también escrito como Schwoerer o Schewerer), hija del coronel cubano Juan A. Sehuvoerer, natural de Camaguey, y Juana  Francisca Gilet (Guillet),  el cual tuvo efecto el 6 de febrero de 1901 en Puerto Plata[297]. Pero es claro que la mudanza a Santiago se produjo años antes, pues ya en 1898, Nacif y Julián figuraban patentados como merceros por el Ayuntamiento de esta ciudad[298].

Residiendo en Santiago, la noticia de la muerte de su padre impuso a Nacif a viajar a su tierra natal y permanecer allí por espacio de dos años[299]. En Monte Líbano casó en 1902 con Carmela José Záiter, procreando a Joseph Nacif, su único hijo[300], fallecido el 4 de julio de 1960. Nacif retornaría a Santiago en compañía de Faride, su única hermana, viuda y con una hija, que quedó al cuidado de su abuela, lo mismo que el pequeño Joseph Nacif[301].

Para 1908, “La Siriana” denominación social de la “Nacif P. Haché y Hermanos”[302] publicaría una revista mensual para anunciar los artículos que ofertaba y sus precios, constituyéndose en la primera casa comercial que estableció ese modo de promoción[303]. Su sede estaba en la calle Cuesta Blanca No.30, tenía una sucursal en la calle del Comercio No.16[304] y distribuía mercancías y provisiones americanas y europeas[305]. En época de Pascuas, la Nacif P. Haché y Hermanos importaba, entre otros productos, vino francés en cajas, cognac estilo champagne, pasas, ciruelas pasas, confites, cervezas, jamón, salchichas y quesitos[306].

En la venta a crédito de efectos y mercancías, la Nacif P. Haché y Hermanos concertaba con  sus clientes obligaciones hipotecarias para garantizar el valor de las mercancías adquiridas[307]. En caso de acreencias imposibles de saldar en metálico o no cubiertas en el plazo determinado, su satisfacción era cumplida con la venta a su favor de los bienes inmuebles de los deudores[308]. Esta modalidad permitió a la casa acumular gran cantidad de propiedades en buena parte del Cibao.

Hacia 1909, y como expresión de una segunda fase de su desarrollo, los Haché se involucraron en “grandes negocios de azúcares”[309], entre otros, con la familia Bentz de Puerto Plata[310], ciudad donde figuraba como su agente para 1911 el señor Augusto Arzeno[311].  La participación en la industria azucarera llevó a Nacif a establecer, para 1913, una oficina de importación y exportación y un almacén en aquella ciudad, al lado de la oficina del Banco Nacional de Santo Domingo, siendo sus administradores Carlos M. Villalón y Eliseo Hernández[312].

Las más cuantiosas ganancias derivadas de la compra de azúcar las obtuvieron durante la denominada “Danza de los Millones”. En 1919, la Nacif P. Haché y Hermanos facilitó la suma de cien mil pesos a la casa puertoplateña Bentz Hermanos, que otorgó en garantía su ingenio “Amistad” en Pérez, Puerto Plata, para la producción de 20,000 quintales de azúcar en su ingenio de Montellano, los cuales le serían vendidos a la propia Nacif P. Haché y Hermanos a razón de 1,000 quintales semanales en sacos de 115-125 libras, colocados en la estación de Pérez del Ferrocarril Central Dominicano. El precio de la libra se fijó en $5.20 americanos[313], pero meses después, al escasear el azúcar en ocasión de la Primera Guerra Mundial, este aumentó entre 20 y 30 pesos, lo que llevó a la quiebra al ingenio de los Bentz[314].

En ese mismo año, la Nacif P. Haché y Hermanos constituyó junto a José María Villain, comerciante residente en Cabo Haitiano, la “J.M. Villain y Co., S. en C. de Cap Haitien”, la cual tendría su domicilio en Cabo Haitiano, con el objeto de desarrollar operaciones comerciales en el vecino país[315]. Esta sociedad en comandita simple, cuyo capital de diez mil pesos fue aportado por la Nacif P. Haché y Hermanos[316], estuvo sin dudas vinculada a la operación concertada con los Bentz, pues existe el dato de que el 31 de diciembre de 1919 envió un cargamento de azúcar a Puerto Príncipe en la goleta haitiana “Consolation”[317]. Todos sus embarques estaban amparados en una “póliza flotante” de la Federal Insurance de Nueva York[318].

En 1920, Nacif P. Haché, junto a otros de sus coterráneos, constituyó en Santiago la “Unión Comercial Azucarera, C. por A.”, también para negociar con azúcar, con un capital de $120,000.00[319]. Tanto la “J.M. Villain y Co., S. en C. de Cap Haitien”[320] como la “Unión Comercial Azucarera, C. por A.”[321], fueron disueltas en 1922, al terminar la bonanza del dulce.

Otro renglón importante en los negocios de Nacif. P. Haché fue el comercio marítimo. En 1920, fue designado agente general de la “Compañía Marítima Dominicana”, para ocuparse del despacho de todos los buques de esa sociedad hacia cualquier puerto de Estados Unidos[322]. Acaso vinculada a esta representación, en 1921, la Nacif P. Haché y Hermanos abrió una sucursal en Sánchez[323].

En medio de este proceso económico ascendente, Faride Haché enfermó y su hermano Nacif la acompañó a Nueva York a tratar su enfermedad y finalmente a El Líbano, donde murió con posterioridad a 1922[324]. Durante su estadía, que se prolongaría hasta 1929, Nacif fundó la sociedad “The Guaranty Comercial Co.”, dedicada a la venta de automóviles y que puso a cargo de su hijo Joseph Nacif, fracasando en su desarrollo[325].  Antonio, su hermano menor, volvió a Santiago en 1922 a dirigir la Nacif P. Haché y Hermanos en su ausencia[326].

Para Pedro O. Haché Schoewerer, autor del interesantísimo y prácticamente desconocido opúsculo “El sensacional caso Haché”, la errática orientación que Antonio dio a la sociedad, la despreocupación de Nacif P. Haché por el rumbo de sus negocios mientras estuvo en su tierra y la crisis financiera mundial de 1929 se conjugaron para provocar su crisis. En marzo de 1929, la Nacif P. Haché y Hermanos fue transformada en una compañía por acciones[327], lo mismo que “Las Tres B”, su sucursal en Santiago[328], mientras que la sucursal La Unión de Puerto Plata fue transformada en The Union Mercantile, C. por A.[329] Las propiedades de la Nacif P. Haché y Hermanos, fueron vendidas a una cuarta compañía[330], The Realty Holding Company, C. por A., constituida también para la ocasión por Nacif P. Haché[331].

Dicha maniobra y los problemas económicos y personales que se desataron entre Nacif y Antonio[332], provocaron que la casa Rafael del Castillo & Co., de Nueva York, acreedora de Nacif P. Haché y Hermanos, solicitara su declaratoria de quiebra por ante el Juzgado de Primera Instancia de Santiago. El proceso no llegó a concluir, pues se logró un acuerdo con los más importantes acreedores, quienes, como producto de la situación de tirantez familiar creada, perdieron la confianza en la firma[333]. The Realty Holding Company, C. por A., que en 1931 había asumido sus deudas, se comprometió a su pago poniendo en garantía los inmuebles que le habían sido traspasados en 1929[334]. Pero el propio Nacif P. Haché, por las desavenencias con su hermano Antonio, solicitó la declaratoria de quiebra de The Realty Holding Company, C. por A., con lo cual las hipotecas que ésta otorgó quedaron automáticamente vencidas, procediendo sus acreedores a ejecutar las garantías inmobiliarias acordadas[335].

Este paso significó la desaparición del conjunto empresarial que constituyó Nacif P. Haché con el soporte de sus hermanos Julián y Faride: el capital de la Nacif P. Haché y Hermanos no alcanzaba los quinientos pesos y ya para entonces, The Unión Mercantile, C. por A., también endeudada, había saldado sus compromisos y cerrado sus puertas, mientras que Las Tres B, C. por A., había sido liquidada y adquiridas sus existencias por Pedro Juan Hapud[336]. Este fundó un establecimiento –“Pedro Juan Hapud Sucursal”– que administró nada más y nada menos que Antonio P. Haché, quien a su vez lo adquiriría[337], constituyendo en 1932 la Antonio P. Haché & Co., C. por A.[338], quedando como el único que gozó de una acomodada posición económica[339].

Mientras, Julián y Nacif quedaron en la miseria. Julián P. Haché perdió la única propiedad que pudo adquirir, al venderla a The Realty Holding Company, C. por A.[340], quedando como administrador de un puesto de maderas en Puerto Plata[341], en tanto que Nacif P. Haché pasó a ser propietario de una pulpería y “una insignificante fábrica de vinagre y gaseosas”[342]. Su esposa y su hijo, que habían llegado al país poco antes de 1933 en el entendido de que venían a disfrutar los frutos del esfuerzo de su esposo y padre, encontraron un panorama de rencillas familiares y pleitos judiciales[343].

Julián moriría el 28 de octubre de 1941 en San Juan de Puerto Rico, mientras que Nacif falleció en Santiago el 5 de marzo de 1943[344]. Por su expresa voluntad, sus restos fueron trasladados a El Líbano[345], acaso aborreciendo permanecer en la tierra de su desgracia.


Notas y Fuentes Bibliográficas: 

[1] Inoa, Orlando  Azúcar, árabes, cocolos y haitianos, Editora Cole /FLACSO, Santo Domingo, 1999, p.47.

[2] Idem.

[3] Inoa, op. cit., p.55. Los Sahdalá comparaban Basquinta, su ciudad de origen en el Alto Líbano, con San José de Las Matas y Sabana Iglesia (Estrella M., Luis Salvador Salvador Estrella S. – Del complot a la gloria, Amigo del Hogar, Santo Domingo, 1998, p.18-19).

[4] Inoa, op. cit., p.50.

[5] Inoa, op. cit., p.51.

[6] Espínola Reyes, Jovino La Vega Histórica, Ediciones Ferilibro, Santo Domingo, 2009, volumen II, p.161-162.

[7] Estado demostrativo de las secciones, inspectores de agricultura y alcaldes pedáneos de la común de Jánico, con especificación del número de casas correspondientes a cada sección, Gaceta Oficial No.398, 28 de enero de 1882, reproducido en Paulino Ramos, Alejandro Censos municipales del siglo XIX y otras estadísticas de población, Archivo General de la Nación, volumen XLVII, Santo Domingo, 2008, p.88.

[8] Inoa precisa que prácticamente pocos árabes “habían alcanzado América antes del año 1880” (op. cit., p.47). ¿Sería aquel turco uno de aquellos? El nombre de Vuelta del Turco desapareció, pues ya no denomina ninguna de las secciones o parajes que componen el actual municipio de Jánico.

[9] AL, ECP, 7 septiembre 1884. Esa nota primigenia reza como sigue “TURCOS. Con este nombre bautizan entre nosotros a ciertos musulmanes que de algún tiempo a esta parte nos vienen visitando frecuentemente. No estaría demás que quien corresponde llamara la atención de estos individuos, primero, respecto del traje inadecuado que regularmente usan y segundo, observarles, que sería más regular que en vez de andar vagando pidiendo limosnas, jóvenes llenos de vida, buscaran alguna ocupación que les proporcionara una vida más honrosa. No es escaso el número de pordioseros que tenemos nosotros, que realmente lo necesitan, para que hombres que muy bien podrían vivir de su trabajo, dadas sus condiciones físicas, vengan a aumentarlo. A.M.”.

[10] AL, LR, 28 febrero 1885.

[11] Inoa, op. cit., p.59.

[12] AHS, ED, 25 julio 1904. Ver también, AHS, ED, 29 agosto 1903.

[13] Inoa, op. cit., p.44.

[14] Jorge Ouais casó en Santiago el 26 de septiembre de 1903 con su pariente Faride Ouais, hija de Simón y Adela Ouais (Libro 4 de Matrimonios, folio 93, acta 1672, iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia).

[15] Miguel Curi, hijo de Abraham Curi y Afifi Curi, casó en Santiago el 26 de septiembre de 1903 con Maria Curi, hija de Jorge Curi y Sada Ouais (Libro 4 de Matrimonios, folio 93, acta 1673, iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia).

[16] Estos hermanos, hijos de Spuidan o Spinidan Kanawaki y Tecla Saad, casaron en Santiago el 4 de enero de 1905 con las hermanas Faride y Sadika Sauri, hijas de Bishara Sauri y Rosa Danda (Libro 4 de Matrimonios, folios 133 y 134, actas 1753 y 1754, iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia).

[17] ANSR, PN: JD, a.n.113, 3 agosto 1907. Testamento de Abraham Sahdalá.

[18] AL, LP, 9 marzo 1896.

[19] AHS, BM 162, 22 agosto 1893.

[20] Deschamps, Enrique La República Dominicana – Directorio y Guía General, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Editora de Santo Domingo, S.A., Santo Domingo, 1974, p.271. El censo fue hecho en 1903 y publicado en 1904 (Deschamps, op. cit., p.269).

[21] AHS, ED, 9 agosto 1909.

[22] ----------- Censo de población y datos históricos y estadísticos de la ciudad de Santiago de los Caballeros, Tipografía La Información, Santiago, 1917.

[23] AHS, ED, 20 septiembre 1906.  Barraquet hizo la travesía vía Estados Unidos y Europa.

[24] AHS, BM 305, 15 mayo 1899.

[25] AHS, ED, 12 septiembre 1911.

[26] Inoa, op. cit., p.59.

[27] Inoa, op. cit., p.61.

[28] AHS, BM 384, 1 mayo 1902, a.s.22 febrero 1902.

[29] AHS, BM 386, 31 mayo 1902; BM 398, 27 enero 1903.

[30] AHS, BM 386, 31 mayo 1902; BM 398, 27 enero 1903; BM 402, 23 abril 1903

[31] AHS, BM 610, 7 abril 1910 y BM 654, 15 marzo 1911. Aparece patentada como mercera en 1903 (AHS, BM 402, 23 abril 1903) y 1904 (AHS, BM 430, 29 agosto 1904).

Sofía Jacobo era natural de Monte Líbano, hija de Jacobo Jacobo y Juana Nazar. Casó en Santiago el 4 de enero de 1902 con Marcelino Elías Jacobo, también de Monte Líbano, hijo de Elías Jacobo y Juana Fara (Libro 4 de Matrimonios, folio 53, acta 1591, iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia).

[32] AHS, BM 759, 22 julio 1913.

[33] AHS, BM 654, 15 marzo 1911; BM 708, 6 mayo 1912 y BM 750, 16 mayo 1913.

[34] Batista, Pedro Santiago a principios de siglo, Editora Panamericana, 1976, p.154. 

[35] AHS, BM 164, 20 septiembre 1893, a.s.8 agosto 1893. Pedro R. Batista dice que en el mercado tenían “quincallerías que abrían al público entre tres y cuatro de la madrugada y las siete y media de la noche” (Batista, op. cit., p.154).

[36] AHS, BM 274, 15 febrero 1898. Antonio Safe y Salomón Jorge aparecen también patentados como mercero en 1899 (AHS, BM 305, 15 mayo 1899). Jorge aparece también en 1900 (AHS, BM 322, 31 enero 1900).

[37] AHS, BM 276, 22 marzo 1898. Pedro y Jorge Batuli aparecen también patentados como merceros en 1899 (AHS, BM 305, 15 mayo 1899) y 1900 (AHS, BM 322, 31 enero 1900).

[38] AHS, BM 278, 15 abril 1898. Los Haché y Hued aparecen también patentados como merceros en marzo de 1899 (AHS, BM 305, 15 mayo 1899). Ya en 1900, los Haché figuran como merceros y especuladores (AHS, BM 322, 31 enero 1900). En ese año, Hued figura como mercero (AHS, BM 322, 31 enero 1900).  

[39] AHS, BM 305, 15 mayo 1899. Abraham Sahdalá aparece como A. Sahdalá y Ca. en 1900 (AHS, BM 322, 31 enero 1900). Pavaguet aparece como Paraquet en 1900 (AHS, BM 322, 31 enero 1900). Dada aparece como Miguel J. Dadá en 1900 (AHS, BM 329, 20 abril 1900).

[40] AHS, BM 308, 14 julio 1899.

[41] AHS, BM 322, 31 enero 1900.

[42] AHS, BM 328, 10 abril 1900.

[43] AHS, BM 329, 20 abril 1900.

[44] AHS, BM 332, 20 mayo 1900, a.s.10 febrero 1900.

[45] AHS, BM 335, 30 junio 1900, a.s.24 marzo 1900.

[46] AHS, BM 341, 31 diciembre 1900, a.s.2 octubre 1900.

[47] AHS, BM 222, 1 febrero 1896, a.s.7 enero 1896.

[48] AHS, BM 250, 6 marzo 1897, a.s.29 diciembre 1896.

[49] AHS, BM 251, 13 marzo 1897, a.s.2 enero 1897.

[50] AHS, BM 252, 20 marzo 1897, a.s.12 enero 1897.

[51] AHS, BM 315, 26 octubre 1899, a.s.30 septiembre 1899.

[52] Inoa, op. cit., p.62.

[53] AHS, ED, 15 junio 1905.

[54] Batista, op. cit., p.154.

[55] AHS, BM 323, 15 febrero 1900, a.s.25 noviembre 1899.

[56] AHS, BM 364, 21 agosto 1901, a.s.4 mayo 1901.

[57] AHS, BM 365, 28 agosto 1901, a.s.21 mayo 1901.

[58] San Miguel, Pedro Los campesinos del Cibao – Economía de mercado y transformación agraria en la República Dominicana, 1880-1960, Editora de la Universidad de Puerto Rico, primera edición, 1997, p.127.

[59] AHS, BM 364, 21 agosto 1901, a.s.4 mayo 1901.

[60] AHS, BM 363, 9 agosto 1901, a.s.23 abril 1901.

[61] AHS, BM 704, 20 marzo 1914, a.s.11 febrero 1914.

[62] AHS, BM 381, 5 abril 1902, a.s.18 enero 1902.

[63] AHS, BM 380, 21 marzo 1902, a.s.14 enero 1902.

[64] AHS, BM 383, 20 abril 1902, a.s.15 febrero 1902.

[65] AHS, BM 382, 10 abril 1902, a.s.1 febrero 1902.

[66] AHS, BM 383, 20 abril 1902, a.s.15 febrero 1902.

[67] AHS, BM 385, 15 febrero 1902, a.s.29 marzo 1902.

[68] AHS, ED, 7 septiembre 1905.

[69] AHS, BM 399, 14 febrero 1903, a.s.1 noviembre 1902.

[70] AHS, BM 410, 30 diciembre 1903, a.s.11 agosto 1903.

[71] AHS, BM 411, 13 enero 1904, a.s.29 agosto 1903. Esa ley había sido votada en el verano de 1903 a instancias de “la élite comercial haitiana y los representantes de casas extranjeras radicados en Haití”. La promulgación de la ley fue seguida de protestas contra los sirios, pero debido a las presiones de Francia, Inglaterra y Estados Unidos, países cuya nacionalidad asumieron muchos de ellos, el gobierno de Nord Alexis detuvo la aplicación de la ley (Inoa, op. cit., p.56).

[72] AHS, BM 414, 10 febrero 1904, a.s.17 noviembre 1903.

[73] AHS, BM 415, 29 febrero 1904, a.s.28 noviembre 1903.

[74] Inoa, op. cit., p.66.

[75] San Miguel, op. cit., p.127.

[76] AHS, BM 410, 30 diciembre 1903, a.s.22 agosto 1903.

[77] AHS, BM 663, 20 abril 1911, a.s.7 marzo 1911. A propuesta del regidor Bonnelly, se aprobó además que cada patente de buhonero tuviese la fotografía de la persona en cuestión.

[78] AHS, ED, 31 octubre 1904.

[79] Inoa, op. cit., p.56.

[80] Entre 1901 y 1903 tenían locales en el mercado: Hued Hermanos, Jorge Quassaf (AHS, BM 369, 10 octubre 1901, a.s.10 agosto 1901), S. Kury (AHS, BM 385, 15 mayo 1902, a.s.29 marzo 1902), Pedro J. Diep, Jorge Baraquet, Antonio Safet y José Nazar (AHS, BM 401, 30 marzo 1903, a.s.24 enero 1903).

En 1905, Amelia Vda. Nazar tenía tienda en mercado (AHS, BM 466, 15 septiembre 1905, a.s.21 agosto 1905), con seguridad la que perteneció a su esposo José Nazar.

P. Nazar aparece solicitando el alquiler de un departamento en el mercado en 1903 (AHS, BM 412, 19 enero 1904, a.s.5 septiembre 1903).

Zouain Hnos. tenían alquilado un departamento anexo en el mercado en 1909 (AHS, BM 606, 25 marzo 1909, a.s.15 enero 1909).

[81]AHS, BM 566, 23 noviembre 1907.

[82]AHS, BM 566, 23 noviembre 1907, a.s.14 octubre 1907.

[83] AHS, BM 566, 23 noviembre 1907, a.s.18 octubre 1907.

[84] AHS, BM 567, 30 noviembre 1907, 18 octubre 1907.

[85] AHS, BM 576, 8 febrero 1908, a.s.13 enero 1908. En 1910 se contaban 10 árabes en el mercado público (AHS, ED, 17 septiembre 1910).

[86] Inoa, op. cit., p.56.

[87] AHS, ED, 15 octubre 1907.

[88] En 1904 fueron sometidos a la Alcaldía los árabes Julián Antonio, Elías Sued y Abraham Antonio “por diferencias habidas entre ellos” (AHS, ED, 8 octubre 1904).

En 1905, Elías Sued fue reducido a prisión a requerimiento de su padre (AHS, ED, 19 septiembre 1905), y se denunció que árabes tenían un objeto robado por un haitiano a Nicolás de Peña, de Gurabito (AHS, ED, 23 octubre 1905).

En 1906 le fue seguida una causa correccional al árabe Pablo Gobaira, por la sustracción de la joven Marta Pérez, también árabe (AHS, ED, 9 julio 1906.Ver además, AHS, ED, 13 julio 1906), Elías Zacarías, fue hecho preso por haber agredido a golpes a Victoria, también árabe (AHS, ED, 15 agosto 1906). Por haber provocado un desorden, también fueron a la cárcel en 1906 Pedro y Alfonso Habud, por orden del Procurador Fiscal (AHS, ED, 4 septiembre 1906).

En 1909 fueron sometidos a la Alcaldía por abrir domingo los turcos “Chicle [sic] y Sofía” y Elías Sued, en tanto que Miguel Jorge fue detenido por orden de su hermano (AHS, ED, 25 agosto 1909).

En 1910 escenificaron una riña en la calle General Cabrera el árabe Pedro José y el haitiano Albert Thiers; el árabe fue herido en un brazo y el haitiano quedó apaleado y preso (AHS, ED, 30 mayo 1910). También en ese año, Abraham Sued fue acusado ante la Fiscalía por el inspector Deschamps por tener en su establecimiento tabacos sin estampillas, en violación a la Ley de Estampillas (AHS, ED, 22 agosto 1910), pero fue  descargado del sometimiento que se le hizo; fue defendido por Licdos. Furcy Castellanos y F. Emilio Reyes (AHS, ED, 4 octubre 1910).

Violaciones a otras leyes fueron cometidas por árabes en ese año: quedaron sometidos a la Alcaldía E. Ramia, José Elías, E. Curí y S. Sahdalá, por infracción al Reglamento de Patios y Letrinas, siendo condenados los tres primeros a $3 de multa (AHS, ED, 4 octubre 1910); igual condenación por la misma infracción recibieron A.M. Parche, A.J. Sued, Alejandro Bebe y Sahdalá; Sued fue multado además con $5, por infringir una disposición sobre cerdos (AHS, ED, 5 octubre 1910). Otros infractores sometidos fueron Pedro Jorge, José Sued e hijo y Juan Dala (AHS, ED, 8 octubre 1910).

En 1910, el árabe Miguel Elías fue sometido a la Alcaldía por bañarse en un sitio prohibido por el Comisario Sinencio Ureña (AHS, ED, 6 octubre 1910). Preso y presentado ante la acción de la justicia lo fue Pedro Diep, por contrabando de cápsulas de revólver en una caja de jabón, también en 1910 (AHS, ED, 14 diciembre 1910).

Sued e hijo fueron sometidos por vender queso en mal estado en 1911 (AHS, ED, 20 enero 1911) y en 1912, María La Turca fue sometida a la Alcaldía por vender fuera de la población sin patente (AHS, ED, 8 febrero 1912). También en ese año le fueron confiscados a Abraham Hued 480 quesos, o sea 40 cajas del producto, por estar putrefactos y en inicio de descomposición, conforme certificación del Dr. Font Sterling (AHS, ED, 14 febrero 1912).

En 1912 fueron sometidos a la justicia los establecimientos Nacif P. Haché & Hnos., N. y D. Helú, Fadul y Ramia, Abraham Hued y S. Sahdalá y Hermano, en cobro del provento del ferrocarril por ante el juez alcalde (AHS, ED, 28 marzo 1912), pero dicha demanda, interpuesta por Octavio Patxot, rematista del provento del peaje sobre mercaderías de la plaza para ser consumidas en otras comunes, fue rechazada (AHS, ED, 11 abril 1912). Otra demanda conocida entonces fue la de cobro de pesos incoada por José Abinader contra Antonio Miguel (AHS, ED, 15 octubre 1912). En materia penal, Elías Sued hijo (Chicre) fue acusado de violar el domicilio de Otto Wilson, inglés (AHS, ED, 21 noviembre 1912); hallado culpable, fue condenado a 5 pesos de multa y al pago de las costas del procedimiento (AHS, ED, 22 noviembre 1912).

En 1913, por disgustos personales, los árabes Nicolás Malek y Naú Najib se dispararon con revólveres, sin dañarse (AHS, ED, 24 abril 1913) y en Licey, un lance entre Narciso Ramia y D. Zacarías, a tiros de revólver y puñaladas, dejó como saldo al primero muerto y al segundo herido (AHS, ED, 17 diciembre 1913).

Sólo en un caso, un árabe fue el agraviado: en 1913, Juan de la Cruz fue condenado a un año de prisión y al pago de costas por el robo de un sombrero a Isaías Taulí (AHS, ED, 3 abril 1913).

[89] En 1901, la Comisaría Municipal sometió por desorden por ante la Alcaldía a Abraham Sahdalá y Elías Jorge Musalen (AHS, BM 358, 20 mayo 1901). En 1903, el Comisario Municipal hizo presos por riña a Abraham Tallaj y Teodoro Tuenée (AHS, BM 404, 20 junio 1903).

En 1906, Pedro José Diep “se presentó en queja” contra Sinecio Sahdalá por haber faltado este en palabras a la señora del primero, en tanto que Domingo Helú sometido a la Alcaldía por contravención de policía (AHS, BM 500, 8 julio 1906). También en 1906, Pablo Gobaira fue detenido por queja de la señora Marta Pérez, también árabe, por haberla amenazado con armas (AHS, BM 521, 8 diciembre 1906) y María A. de Gobaira fue sometida a la Alcaldía por escándalo en el mercado (AHS, BM 521, 8 diciembre 1906), lo mismo que Luis Felipe Ladkalde (AHS, BM 521, 8 diciembre 1906).

En 1907, un hermano de Salomón Jorge rompió un farol, y aunque dispuesto a pagarlo, por lo que pidió que el Ayuntamiento lo evaluara, se decidió averiguar primero si lo había hecho intencionalmente para llevarlo a la Alcaldía y entonces condenarlo a pagar una multa (AHS, BM 539, 21 abril 1907, a.s.15 marzo 1907). También en 1907, una árabe fue hecha presa por escándalos (AHS, BM 554, 10 agosto 1907) y Elías Sued fue sometido por “medida incompleta” (AHS, BM 556, 7 septiembre 1907). María Gobaira y “Amelia la viuda” fueron sometidas a la Alcaldía ese mismo año por protagonizar un escándalo (AHS, BM 556, 7 septiembre 1907).

En 1912, los señores Sahdalá y Abinader tuvieron una diferencia con la viuda Monsanto respecto del fondo de dos solares de la común, pues los dos primeros se introdujeron en el solar de la segunda (AHS, BM 703, 22 marzo 1912, a.s.21 febrero 1912, a.s.21 febrero 1912).

En 1915, la Alcadía impuso multas a L. Gobaira, Simón Sued, Elías Sued, Pablo Sued, Julián Haddad y Pablo Diep, por botar basura a la calle (AHS, BM 821, 7 marzo 1915), a Domingo Dumit por bañar un caballo en un lugar equivocado (AHS, BM 823, 13 marzo 1915) y a Sinecio Sahdalá por infringir la ley de construcción (AHS, BM 832, 26 abril 1915).

[90] AHS, ED, 18 junio 1903.

[91] AHS, ED, 8 noviembre 1907. Elías Abisaad (AHS, ED, 8 noviembre 1907) y Elías Antonio Guisara fueron hechos presos en calidad de cómplices (AHS, ED, 11 noviembre 1907).

[92] Mubarak era natural de Gazhir. Toda la colonia siriana fue a su entierro (AHS, ED, 14 noviembre 1907). Su cadáver fue llevado en un carro fúnebre a la Iglesia Mayor, donde fue oficiada una ceremonia religiosa, y posteriormente trasladado al cementerio, donde fue  enterrado en el mausoleo de Jacinto Ramírez (AHS, ED, 15 y 27 noviembre 1907). Procesado penalmente, Elías fue descargado por haber actuado en legítima defensa (AHS, ED, 10 enero 1908).

[93] Sahdalá fue representado por el abogado José M. Pichardo (AHS, ED, 29 y 30 noviembre 1904). El tribunal ordenó la confiscación de las cápsulas y revólveres y la devolución del resto de efectos incautados (AHS, ED, 2 diciembre 1904). El gobierno, a nombre del Fisco, apeló la sentencia del Juzgado de Primera Instancia (AHS, ED, 13 diciembre 1904).

[94] AHS, ED, 23 abril 1909. El árabe fue hecho preso y detenido en el Palacio de Gobernación. Además de desnudarse, viajaba a menudo y a pie por Jánico, Las Matas y Monción, fungiendo como cura (AHS, ED, 11 mayo 1909).

[95] Al consignar que “otra cuadrilla de árabes” había llegado el día anterior por ferrocarril, El Diario comentó: “haitianos y árabes nos invaden a diario” (AHS, ED, 21 noviembre 1910).

[96] AHS, ED, 26 agosto 1910.

[97] AHS, ED, 14 julio 1910 y AHS, BM 640, 19 septiembre 1910, a.s.15 julio 1910.

[98] AHS, ED, 26 julio 1910.

[99] AHS, ED, 20 julio 1910.

[100] AHS, ED, 24 noviembre 1910.

[101] AHS, ED, 24 noviembre 1910.

[102] AHS, BM 641, 30 septiembre 1910, a.s.26 julio 1910.

[103] AHS, BM 642, 7 octubre 1910, a.s.26 julio 1910.

[104] AHS, ED, 1 diciembre 1910.

[105] AHS, ED, 18 noviembre 1910.

[106] AHS, ED, 17 noviembre 1910.

[107] AHS, ED, 26 noviembre 1910.

[108] AHS, ED, 3 diciembre 1910.  En 1912, el gobierno haitiano dio un plazo de 6 meses a los árabes para que abandonaran ese país (AHS, ED, 10 enero 1912).

[109] Inoa, op. cit., p.59.

[110] AHS, BM 874, 8 diciembre 1915, a.s.15 octubre 1915.

[111] Yunén, Rafael Emilio La isla como es- Hipótesis para su comprobación, UCMM, 1985, p.182.

[112] AHS, ED, 23 abril 1909.

[113] AHS, ED, 29 abril 1910.

[114] AHS, ED, 1 febrero 1910.

[115] AHS, ED, 31 enero 1910.

[116] AHS, ED, 7 febrero 1910.

[117] AHS, ED, 3 febrero 1910.

[118] AHS, ED, 7 febrero 1910.

[119] AHS, ED, 31 enero 1910.

[120] Sánchez Javier, Leónidas Los árabes y sus descendientes en la República Dominicana – Un enfoque socio cultural, Editorial Espigas, Santo Domingo, 2000, p.70.

[121] Sánchez Javier, op. cit., p.69.

[122] AHS, ED, 1 marzo 1907.

[123] AHS, ED, 29 agosto 1910. En este año cooperaron Abraham Sahdalá y Nacif P. Haché Hermanos.

[124] AHS, ED, 14 agosto 1913.

[125] AHS, ED, 2 marzo 1911.

[126] AHS, ED, 4 abril 1911.

[127] AHS, ED, 17 agosto 1912.

[128] AHS, ED, 27 abril 1910.

[129] AHS, ED, 2 mayo 1910.

[130] AHS, ED, 8 abril 1904.

[131] AHS, BM 329, 20 abril 1900.

[132] AHS, ED, 8 abril 1904.

[133] AHS, ED, 9 septiembre 1913.

[134] AHS, ED, 8 abril 1912. En 1912, capitaneaba una fuerza revolucionaria junto a los hermanos Bencosme, Félix Zarzuela y D. Rodríguez.

[135] AHS, ED, 24 enero 1913. En 1913 fue Comandante de Armas interino de La Vega.

[136] Pedro R. Batista dice que Tallaj, con su “tropa bien disciplinada”, “interceptaba las comunicaciones de los contrarios solo en lo que a las operaciones militares se refería; protegía a las recuas y recueros con la carga de mercancías y a los viajantes y cobradores del comercio que portaban valores importantes; y como la mayor parte de los jefes revolucionarios de la época, expedía recibos bien documentados cuando solicitaba y recibía ganado para la manutención de la tropa” (Batista, op. cit., p.87).

[137] AHS, ED, 14 septiembre 1912.

[138] AHS, ED, 23 octubre 1912.

[139] AHS, ED, 24 julio 1913.

[140] AHS, BM 649, 2 noviembre 1911. Relación de patentes expedidas por el Ayuntamiento de la común de Santiago en agosto de 1910.

[141] AHS, ED, 24 diciembre 1913. Abraham Tallaj murió el 30 de julio de 1943 (AL, LI, 28 julio 1944).

[142] Fue tesorero del Soberano Capítulo Gethsemaní No.2 para el período 1911-1912 (AHS, ED, 16 febrero 1911). En 1911 se le otorgó el grado 19 de esa asociación (AHS, ED, 14 noviembre 1911).

[143] Ocupaba el cargo de orador de la Logia Nuevo Mundo No.5 en 1913 (AHS, ED, 8 marzo 1913); había sido director interino de su revista “Unión Masónica” en 1911 (AHS, ED, 24 abril 1911).

[144] Era Delegado de la Cruz Roja en Santiago en 1913 (AHS, ED, 22 septiembre 1913).

[145] Fue electo vicepresidente de la Alianza Cibaeña en 1911 (AHS, ED, 14 junio 1911).

[146] En 1911, en nombre de la “colonia siriana” habló en el brindis oficial del 27 de febrero en el Palacio Consistorial (AHS, ED, 2 marzo 1911) y el 30 de marzo en el parque Imbert (AHS, ED, 4 abril 1911). Su voz fue nuevamente escuchada en el brindis oficial del 27 de febrero (AHS, ED, 28 febrero y 1 marzo 1912).

Como comerciante, Alam era representante en Santiago, Moca y Salcedo de la fábrica de calzados Regalo Shoe, de R. Silva de Puerto Plata, en 1911 (AHS, ED, 27 enero 1911). En 1913 era agente viajero de la fábrica de tabacos “La Bandera” (AHS, ED, 11 abril 1913).

[147] AHS, ED, 29 diciembre 1910.

[148] AHS, ED, 5 enero 1914.

[149] Tolentino Dipp, Hugo Itinerario histórico de la gastronomía dominicana en Veloz Maggiolo, Marcio y Tolentino Dipp, Hugo “Gastronomía dominicana – Historia del sabor criollo”, CODETEL, Santo Domingo, 2007, p.329.

[150] Batista, op. cit., p.154.

[151] En 1908 fue bautizado Manuel Salomón Dumit, hijo de Salomón J. Dumit e Isabel Z. de Dumit (AHS, ED, 1 junio 1908). En 1912 fue bautizada Ana Delia, hija de Jorge Dájer y Rosa Blanco (AHS, ED, 19 marzo 1912).

[152] AHS, ED, 12 y 26 junio 1903.

[153] AHS, ED, 10 julio 1903.

[154] AHS, ED, 29 junio 1903.

[155] AHS, ED, 12 junio 1903.

[156] AHS, ED, 26 julio 1913. En 1912 unos sacerdotes persas estuvieron en la ciudad (AHS, ED, 19 y 21 marzo 1912), aunque no hay referencias de contactos con la colonia árabe.

[157] AHS, ED, 23 julio 1913.

[158] Sánchez Javier, op. cit., p.68.

[159] Pasaporte de David Jacobo. Archivo de su nieta Nury Jacobo Polanco Vda. Espinal.

[160] Pasaporte de Nayiba Khouri. Archivo de su nieta Nury Jacobo Polanco Vda. Espinal. Una tía de Nayiba Khouri, Juana Khouri, esposa de Juan Abdala, había emigrado años antes de su llegada.

[161] Testimonio de su sobrina bisnieta Nury Jacobo Polanco Vda. Espinal, 21 de noviembre de 2009. Una referencia sobre Salomón Ega aparece en AHS, ED, 16 septiembre 1910.

[162] Inoa, op. cit., p.84.

[163] En la escuela 16, dirigida por Anacaona Espaillat, se distinguió en marzo de 1909 por su aplicación y buena conducta, la alumna Adela Dumit, árabe (AHS, ED, 27 marzo y 3 abril 1909). En la escuela nocturna de la Alianza Cibaeña, estaba inscrito en 1909 Salomón Hued (AHS, ED, 18 diciembre 1909). En la escuela 12, dirigida por Teresa Hungría, eran alumnas en 1910 Paulina y Genoveva Sahdalá (AHS, ED, 15 marzo 1910) y en la número 9, María Nazar (AHS, ED, 7 julio 1910). En esa misma institución, pasaron de primer a segundo curso en 1910 Navija Sued y Eufemia Sahdalá y a la escuela 8 pasaron América Dájer y el niño Sahdalá Sahdalá (AHS, ED, 5 julio 1910). En 1911, en la escuela de Anacaona Espaillat, presentó buenas calificaciones la niña Cerda Salomón, árabe (AHS, ED, 6 mayo 1911) y eran alumnos  Francisco Abdalá y José Jacobo (AHS, ED, 10 junio 1911). En la escuela 8, en 1912, una de sus alumnas era Isabel Zouain (AHS, ED, 16 marzo 1912).

[164] AHS, ED, 9 abril 1910. En el mismo año fue exaltado al “segundo grado del orden simbólico” (AHS, ED, 23 septiembre 1910).

[165] AHS, ED, 12 abril 1910.

[166] ANFR, PN: IPR, a.n.210, f.886-889, 1 junio 1920. Poder de Rosa Yazbec Vda. Haddad a su hijo Jorge Nassar Haddad para vender una casa de su propiedad en Port Huron, Michigan, Estado de Michigan, Estados Unidos. Al no hablar español, fue asistida por los testigos Nicolás Helú y César Jorge.

[167] ANFR, PN: IPR, a.n.81, f.323-326, 13 septiembre 1927. Recibo de descargo de José Alejandro Budajir a favor de la Augusto Espaillat Sucesores. Budajir dio fe de recibir de la casa Espaillat, representada por J. Augusto Vega, la suma de $2,600.00 que tenía en depósito por cuenta de su hermana María Alejandra Budajir. 

[168] Entre 1912 y 1916 se celebraron en la ciudad 15 matrimonios de parejas árabes (----------- Censo de población y datos históricos y estadísticos de la ciudad de Santiago de los Caballeros, Tipografía La Información, Santiago, 1917).

El 9 de enero de 1909 casaron José Diep y Sofía Tallaj (AHS, ED, 9 enero 1909). El 29 de enero de 1910 casaron dos parejas sirias: Pedro Fadul y María Curi y Julián Ramia y Hesni Llabur [Yapur] (AHS, ED, 31 enero 1910). Julián Ramia murió el 27 de noviembre de 1944 (AL, LI, 5 diciembre 1944).

El 22 de junio de 1912 casaron Juan Bojos y Nalliba Jacobo (AHS, ED, 20 junio 1912. En esta edición se da cuenta del futuro enlace). Su primer hijo nació el 19 de agosto de 1913; en la nota que informa el nacimiento aparece como Nallibe Saad (AHS, ED, 20 agosto 1912).  Este hijo fue José Bojos, bautizado el 21 de diciembre de 1913, siendo sus padrinos David Jacobo y Juana Cure [Curi] (AHS, ED, 22 diciembre 1913).

El 17 de abril de 1912 casaron Simón Jorge y Sarah Betz (AHS, ED, 18 abril 1912). Su primogénito nació el 7 de febrero de 1913 (AHS, ED, 7 febrero 1913).

Esposos eran también Antonio J. Fadul y Linda Miguel, cuya hija Clara fue bautizada en la iglesia de La Altagracia en 1912, siendo padrinos Pedro Dumit y Aminta Espaillar de la Mota (AHS, ED, 10 agosto 1912); Salomón Gobaira y Dolorita Abisaab, de Monte Líbano, cuyo hijo Jorge Salomón, murió a la edad de 4 años el 14 de febrero de 1913 (AHS, ED, 15 febrero 1913); Pablo Salomón Gobaira y Dolorita Abisaab, a quienes nació un hijo el 30 de marzo de 1913 (AHS, ED, 31 marzo 1913); Nicolás Helú y Ana B., a quienes nació un hijo en 1912 (AHS, ED, 11 noviembre 1912), y Juan Abdalá y Juana Khouri, cuyo hijo Elías, murió en 1913 (AHS, ED, 14 noviembre 1913).

[169] Inoa, op. cit., p.83.

[170] Libro 4 de Matrimonios, folio 125, acta 1736, iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia. La boda tuvo efecto el 17 de septiembre de 1904. Emilio Zouain murió el 8 de octubre de 1923 en Santiago, a la edad de 50 años (Libro 14 de Defunciones, folio 283, acta 205, Oficialía del Estado Civil de la Tercera Circunscripción del municipio de Santiago).  Su esposa le sobrevivió hasta el 21 de octubre de 1975 (Copia certificada expedida en fecha 10 de agosto de 1988 por el Doctor R. Nicolás Gómez O., notario público de los del número para el municipio de Santiago, del acto de notoriedad instrumentado por dicho notario en fecha 5 de agosto de 1988 respecto de los herederos de los señores Emilio Zouain y Josefa Sofía Díaz de Zouain).

[171] AHS, ED, 13 mayo 1912. Casaron el 11 de mayo de 1912.

[172] AHS, ED, 6 julio 1912. Casaron el 6 de julio de 1912.

[173] AHS, ED, 3 abril 1912.

[174] AHS, BM 605, 18 marzo 1909, a.s.31 diciembre 1908.

[175] AHS, ED, 27 diciembre 1909. Cabe consignar que este fue una boda muy especial, pues siendo Amelia viuda, a los recién casados se les ofreció una “cencerrada”. Arturo Bueno la llama “encerrada” y dice que esta era una costumbre esporádica con la “característica de bullangas escandalosas”, en la que grupos de personas, sin importar la clase social, edad o sexo, sorprendían a los recién casados portando “cántaros o bidones conteniendo piedras, cascajo, pedazos de ladrillos, etc.” (Bueno, Arturo “Santiago quien te vio y quien te ve”, tomo I, Sociedad Dominicana de Bibliófilos, Santo Domingo, segunda edición, 2006, p.477). Para 1910 era una costumbre que estaba “pasada de moda y prohibida y castigada por la Ley” (AHS, ED, 5 agosto 1910).

Amelia Vda. Nazar murió en Santiago el 4 de abril de 1946 (AL, LI, 11 abril 1946). José Nazar, su primer esposo, había fallecido el 22 de enero de 1905 a la edad de 38 años (Libro 13 de Defunciones, folio 65, acta 18, Oficialía del Estado Civil de la Tercera Circunscripción del municipio de Santiago).

[176] AHS, ED, 13 febrero 1903.  En ese año, uno de sus miembros, disertó en árabe sobre el tema “La base del progreso reposa en la unidad del patriotismo”.

[177] AHS, ED, 22 diciembre 1904.

[178] En 1909, entre las personas que contribuyeron para auxiliar las víctimas del temporal de San Severo estuvieron Nacif y Julián P. Haché, Pedro José Diep, Elías José Diep, Jacobo Helú, Salomón Gobaira (AHS, 19 noviembre 1909), Abraham Sahdalá, Miguel Kouri, Baduy P. Kouri, Abraham Sued, Pablo Diep y Pablo Hapud (AHS, ED, 22 noviembre 1909).

En 1911, entre los que aportaron limosnas para el Colegio La Divina Pastora, de Santo Domingo, estuvieron Pablo Khouri, Pedro Khouri, Elías Aude, Salomón Elías, Juan Onais, Toribio y S. Zarian, Pedrito J. Diep, Salomón Jorge, Nicolás y Domingo Helú (AHS, ED, 29 septiembre 1911), F. Mustafá, A. Sahdalá y Salvador Sahdalá, J. Sued e hijo, Baduí M. Dumit, Marta Tallaj, Alejandro Antonio, Elías A. Sued, Alejandro Chabebe (AHS, ED, 30 septiembre 1911), Miguel Khouri, Sinecio Sahdalá, J. Elías Sem, Sahdalá & Abinader, Pedro J. Hapud, A.A. Hued (AHS, ED, 4 octubre 1911), Domingo Zacarías y Julián Haddad (AHS, ED, 6 octubre 1911).

En 1912, se sucedieron dos notables muestras de solidaridad por parte de la colonia siria: la primera fue la suscripción abierta a favor del señor Francisco X. Ricardo, quien quedó ciego la noche del incendio del mercado público, el 15 de febrero de 1912, para ayudarlo a ir a Santo Domingo a tratarse con el Dr. Grullón. En esa ocasión ofrecieron su contribución Helú Hermanos, Abraham Sahdalá, Baduí M. Dumit & Co. (AHS, ED, 23 febrero 1912), Abraham Sued, José Sued e hijo, Fadul & Ramia, Miguel F. Khoury, Alejandro Antonio (AHS, ED, 24 febrero 1912), Marta Tallaj, Salvador Sahdalá, Pablo Diep, Pedro J. Hapud, Felipe Mustafá (AHS, ED, 26 febrero 1912), Pedro José Diep e hijo, Salomón J. Gobaira, F.P. Khoury, Sahdalá Hermanos (AHS, ED, 28 febrero 1912) y Elías Sued (AHS, ED, 1 marzo 1912).  La segunda correspondió a la colecta que por su propia iniciativa organizaron para socorrer a 79 familias pobres de la ciudad que carecían del sustento diario, “con motivo de la apremiante situación actual”, logrando recabar $200.00 (AHS, ED, 15 noviembre 1912). Los fondos fueron aportados por Abraham Sahdalá, Nacif P. Haché Hnos., Baduí M. Dumit, Abraham Sued, Pablo J. Diep, Julián Heded, Abraham M. Khouri, Alfonso M. Khouri, Elías Aude, Pedro Dumit, Sahdalá & Abinader, José Sued e hijo, Jorge & Hermano, Juan Bojos & Hno., Salomón Marín & Hno., Salomón Gobaira, Fadlo Khouri, P. Khouri, Sinecio Sahdalá y Hno., José Heded, Juan Zacca, Pedro J. Hapud, Elías Sued, Elías Zacarías y Hno., Julia Betz, N. y D. Helú, Simón Zouain, Juan Onais, Alejandro Antonio, Sarkis Elías, Pedrito J. Diep, Isaías Tauil, José N. Dumit y Nicolás Musalam (AHS, ED, 12 noviembre 1912).

También en 1912, la casa Nacif P. Haché & Co. ofreció a la Logia Nuevo Mundo No.5 $50.00 como ayuda para la reparación de su atrio por aguaceros caídos el 26 de octubre de ese año (AHS, ED, 31 octubre 1912). En ese mismo año se integró una comisión para recaudar en provecho del Cuerpo de Bomberos el 25% del impuesto de patente,  la cual estuvo compuesta por Manuel Tavares Julia, J.M. Saleta, V.F. Thomén, Rafael J. Espaillat, Nacif P. Haché y Abraham Sahdalá (AHS, ED,  1 marzo 1912). Los árabes que contribuyeron con esa causa fueron: Salomón Jorge, Fadul y Ramia, Miguel Kouri, Alejandro Antonio, Salomón J. Gobaira, Elías Aude, Juan Aues, Julián Eranna, Fadlo y Pedro Khouri, Salomón Elías, N & D Helú, Felipe Mustafá, Julián Haddad, Jacobo Jorge y Miguel Atalá (AHS, ED, 9 marzo 1912).

En 1913, J. E. Sem, “en nombre del comercio religioso de Tamboril”, regaló una alfombra a la iglesia de esa comunidad (AHS, ED, 7 marzo 1913).

La revolución de 1913 puso nuevamente de manifiesto la identificación de los árabes con la ciudad que los había acogido. Para socorrer a las víctimas del conflicto armado, dieron su óbolo Abraham Sahdalá y Miguel Koury (AHS, ED, 19 septiembre 1913), quienes se sumaron también a la suscripción abierta a favor de la Cruz de Roja de Santiago, junto a José Dumit, Sinecio Sahdalá Hermanos, Fadul & Ramia, Nacif P. Haché Hnos., Salomón Jorge, Baduí M. Dumit & Co., Sahdalá & Abinader, Antonio Safe, Abraham Sued, Pedro J. Hapud, Salomón Marín, Pedro José Diep, Jorge Hermanos, José J. Haddad, Pedro Dájer, Elías Sued, Alejandro Chabebe, Salvador Jorge, Alejandro Antonio (AHS, ED, 20 septiembre 1913) Juan Bojos y Hermanos, Simón Sued, Salomón Gobaira, Elías Zacarías, José Sued hijo, N. y D. Helú, Pablo Diep (AHS, ED, 22 septiembre 1913) y Marta Tallaj (AHS, ED, 8 octubre 1913).

En el hospital habilitado por la Cruz Roja para atender a los heridos de la conflagración se dispusieron rondas de servicio, en las que participaron varios árabes. Así, aparecen  Pedro J. Diep, Abraham Sahdalá (AHS, ED, 25 septiembre 1913), Nacif P. Haché, José Abinader, Pablo Diep (AHS, ED, 26 septiembre 1913 y AHS, ED, 3 y 24 octubre 1913), Salomón Marín, Chacker Abisaab (AHS, ED, 1 octubre 1913), Marta Tallaj, Pedro J. Diep (AHS, ED, 2 octubre 1913), Miguel Kouri, José Alam (AHS, ED, 4 octubre 1913), Teófilo Sahdalá, (AHS, ED, 8 octubre 1913) e Isaías Tauil (AHS, ED, 13 octubre 1913).

En 1914, en la colecta organizada a favor del Cuerpo de Bomberos para un nuevo uniforme, se contó con el apoyo de Nacif P. Haché Hermanos, Abraham Sued, Fadul y Ramia, Miguel A. Khouri, Abraham Sahdalá, Alejandro Antonio, Salomón Jorge, F.P. Khouri, Salomón Marín Hermanos, Julián Haddad, Pablo J. Diep, Gobaira & Abisaab, Simón Sued, Juan Bojos Hermano, Abraham A. Hued N., Pedro Dájer, Elías Sued y Alejandro Chabebe (AHS, ED, 14 enero 1914).

Los árabes se contaron también entre los que pagaron el impuesto previsto por la Ley de Caminos en 1911. En la nómina levantada al efecto figuran:  José E. Sem, Sinecio Sahdalá, Jorge Sahdalá, Jacobo Sahdalá, Abraham Sahdalá, Salomón Jorge, Salomón Gobaira, José Nazar, Felipe Mustafá (AHS, ED, 12 julio 1911) Antonio Najri, Pedro Fadul, Jacobo Helú, Domingo Helú, Antonio Haché, Narciso Haché, Salvador Sahdalá, Antonio Safe, Elías Sued, José Abinader (AHS, ED, 13 julio 1911) Salomón Elías, Miguel Abdalá, Juan Sahad, Pedro Hapud (AHS, ED, 17 julio 1911) José Alam (AHS, ED, 24 julio 1911) y Juan Ouais (AHS, ED, 29 julio 1911).

[179] ANSR, PN: JD, a.n.20, 3 febrero 1910.

[180] ANFR, PN: IPR, a.n.94, f.611-618, 28 junio 1929.

[181] Tolentino, op. cit., p.329.

[182] AHS, ED, 1 agosto 1905. Chaphni aparece patentado en ese mismo año como Salim Chaptine (AHS, BM 474, 31 diciembre 1906). En la prensa, a propósito del bautizo de su hija Elvira, figura como Salim M. Chaptini (AHS, ED, 16 octubre 1905).

[183] AHS, ED, 14 octubre 1911.

[184] En este sentido, ver AHS, BM 357, 24 abril 1901; BM 379, 14 marzo 1902; BM 386, 31 mayo 1902; BM 387, 10 junio 1902; BM 398, 27 enero 1903; BM 402, 23 abril 1903; BM 418, 12 mayo 1904; BM 426, 4 agosto 1904; BM 430, 29 agosto 1904; BM 446, 4 marzo 1905; BM 451, 12 abril 1905; BM 474, 31 diciembre 1905; BM 478, 31 enero 1906; BM 481, 24 febrero 1906; BM 483, 16 marzo 1906; BM 491, 7 mayo 1906; BM 502, 18 julio 1906; BM 509, 12 septiembre 1906; BM 534, 28 febrero 1907; BM 535, 22 marzo 1907; BM 540, 27 abril 1907; BM 548, 6 julio 1907; BM 579, 29 febrero 1908; BM 581, 14 marzo 1908; BM 585, 16 mayo 1908; BM 604, 18 febrero 1909; BM 605, 18 marzo 1909; BM 608, 2 abril 1909; BM 614, 28 septiembre 1909; BM 628, 7 abril 1910; BM 649, 2 enero 1911; BM 654, 15 marzo 1911; BM 660, 6 abril 1911; BM 669, 9 mayo 1911; BM 674, 14 junio 1911; BM 680, 18 agosto 1911;  BM 685, 25 octubre 1911; BM 697, 9 febrero 1912; BM 701, 8 marzo 1912; BM 705, 12 abril 1912; BM 708, 6 mayo 1912; BM 717, 10 agosto 1912; BM 747, 24 abril 1913; BM 748, 2 mayo 1913; BM 750, 16 mayo 1913;  BM 759, 22 julio 1913; BM 790, 25 abril 1914; BM 791, 7 mayo 1914; BM 799, 11 julio 1914; a.s.26 junio 1914; BM 810, 26 diciembre 1914; BM 823, 13 marzo 1915; BM 857, 11 agosto 1915; y BM 860, 4 septiembre 1915.

[185] AHS, ED, 12 noviembre 1914.

[186] Alejandro Antonio fue declarado en estado de quiebra por sentencia del Consulado de Comercio del Distrito Judicial de Santiago del 12 de marzo de 1914 a requerimiento de Teodoro N. Gómez, representante del Banco Nacional de Santo Domingo (AHS, ED, 12 marzo 1914) Otra referencia en AHS, ED, 3 noviembre 1914.

[187] Inoa, op. cit., p.69.

[188] AHS, BM 660, 6 abril 1911.

[189] AHS, BM 705, 12 abril 1912.

[190] AHS, BM 747, 24 abril 1913. El establecimiento (AHS, ED, 3 mayo 1911) estaba en la calle General Cabrera (AHS, ED, 22 marzo 1913).

[191] AHS, ED, 30 abril 1913. Otra referencia en AHS, ED, 30 septiembre 1913.

[192] AHS, BM 860, 4 septiembre 1915.

[193] AHS, BM 379, 14 marzo 1902.

[194] AHS, ED, 31 julio 1911.

[195] AHS, BM 822, 11 marzo 1915, a.s.26 enero 1915.

[196] AHS, BM 701, 8 marzo 1912.

[197] AHS, BM 860, 4 septiembre 1915.

[198] AHS, BM 305, 15 mayo 1899.

[199] AHS, BM 379, 14 marzo 1902.

[200] AHS, ED, 24 noviembre 1904.

[201] AHS, BM 418, 12 mayo 1904.

[202] ANSR, PN: JD, a.n.112, 11 junio 1910. Poder de Abraham Sahdalá a Roque Hued y Hnos., de Sánchez, para la firma de facturas consulares de productos exportados hacia Estados Unidos. 

[203] AHS, BM 274, 15 febrero 1898. Salomón Jorge aparece también patentado como mercero en 1899 (AHS, BM 305, 15 mayo 1899) y 1900 (AHS, BM 322, 31 enero 1900).

[204] AHS, BM 305, 15 mayo 1899.

[205] AHS, BM 418, 12 mayo 1904.

[206] AHS, BM 401, 30 marzo 1903, a.s.24 enero 1903.

 BM 401, 30 marzo 1903, a.s.24 enero 1903.

[207] AHS, BM 402, 23 abril 1903.

[208] En ese año casó con María Curi (AHS, ED, 31 enero 1910).

[209] ANFR, PN: IPR, a.n.103, f.451-486, 25 abril 1921.

[210] ANFR, PN: IPR, a.n.111, f.561-568, 13 mayo 1922.

[211] ANSR, PN: JD, a.n.30, 14 febrero 1910. El inmueble adquirido de manos de la viuda de Franco, María Dolores Rodríguez, estaba ubicado en la esquina sureste de las calles Libertad y Comercio. También compró un inmueble colindante, en la acera sur de la calle Libertad.

[212] AHS, ED, 18 abril 1911. La construcción se inició en esta misma fecha.

[213] ANSR, PN: JD, a.n.22, 8 febrero 1912.

[214] AHS, ED, 22 marzo y 14 octubre 1913.

[215] ANSR, PN: JD, a.n.115, 18 agosto 1915. Los herederos de Bonó, Manuel de Jesús, Casimira y María Casimira Bonó, fueron representados en el acto por Víctor F. Thomén. Bonó había comprado el solar hacía 60 años a Benoit Alexandro, “por escritura que le otorgó en aquella época la cual desapareció junto con la casa que sobre el solar construyó en la otra república, en el incendio general de esta Ciudad el día seis de setiembre de mil ochocientos sesenta y tres; en cuyo día desaparecieron también todos los archivos de los notarios de esta Común”. Bonó había fallecido el 15 de septiembre de 1906 en San Francisco de Macorís y otorgó testamento ológrafo el 22 de septiembre de 1900, el cual se depositó en la notaría de José Castellanos.

[216] AHS, ED, 6 noviembre 1911.

[217] Inoa, op. cit., p.61-62.

[218] Nicanor Jiménez trae al respecto la siguiente anécdota: “Don José María Silverio era un ricachón de esta ciudad, a quien pertenecía la mayor parte de las casas del barrio comercial. Cuando llegaron los primeros árabes vendiendo baratijas en los alrededores del mercado de comestibles, don José María Silverio pronosticó que esos árabes no andaban vendiendo esas baratijas sino estudiando el país para hacerse dueños del comercio y desplazar a los dominicanos de ese sector y que al correr del tiempo serían los propietarios del barrio. De esta predicción se rieron los grandes comerciantes de la época como don José Batlle, don Tomás Pastoriza, don José Manuel Glas y otros. Hace más de 60 años y se ha visto que Silverio tenía razón” (Jiménez, Nicanor “Notas inéditas”, Archivo Histórico de Santiago, Editorial Letra Gráfica, Santo Domingo, 2008, p.114).

[219] AHS, BM 332, 20 mayo 1900, a.s.10 febrero 1900.

[220] AHS, BM 335, 30 junio 1900, a.s.24 marzo 1900.

[221] AHS, BM 341, 31 diciembre 1900, a.s.2 octubre 1900.

[222] AHS, BM 369, 10 octubre 1901, a.s.10 agosto 1901.

[223] AHS, BM 369, 10 octubre 1901, a.s.10 agosto 1901.

[224] AHS, BM 385, 15 mayo 1902, a.s.29 marzo 1902.

[225] AHS, BM 401, 30 marzo 1903, a.s.24 enero 1903.

[226] AHS, BM 401, 30 marzo 1903, a.s.24 enero 1903.

[227] AHS, BM 401, 30 marzo 1903, a.s.24 enero 1903.

[228] AHS, BM 401, 30 marzo 1903, a.s.24 enero 1903.

[229] AHS, ED, 20 junio 1904. Ver también, AHS, ED, 16 noviembre 1905. 

[230] AHS, BM 466, 15 septiembre 1905, a.s.21 agosto 1905.

[231] AHS, ED, 21 septiembre 1906.

[232] AHS, ED, 2 julio 1907.

[233] AHS, ED, 31 octubre 1908.

[234] AHS, ED, 2 agosto 1910.

[235] AHS, ED, 2 noviembre 1908. Figura patentada como mercera en 1903 (AHS, BM 398, 27 enero 1903).  Marta P. Tallaj era hermana de Fefita P. Tallaj y José P. Tallaj (AHS, ED, 12 agosto 1905). Hacia 1908, Marta tenía una tienda de novedades en la calle Restauración frente a la Logia Nuevo Mundo No.5 (AHS, ED, 2 noviembre 1908.Ver además, AHS, ED, 29 enero 1909).  En 1912, fue confinada a Santo Domingo por disposición gubernativa por causas políticas (AHS, ED, 12 junio 1912). La señorita Marta Tallaj clausuró sus negocios comerciales en 1914 (AHS, BM 779, 14 febrero 1914, a.s.13 enero 1914).

[236] AHS, ED, 23 abril 1909. En 1910 Elías Zacarías pasó a ser el único dueño.  Su razón social original era Elías Zacarías y Hermano (AHS, ED, 19 julio 1910).

[237] AHS, ED, 6 febrero 1909.  Inoa refiere lo siguiente sobre Baduí  M. Dumit: “Baduí M. Dumit nació en el Monte Líbano, donde vivió en gran estrechez económica. Decide emigrar hacia América y a pesar de que no conocía la existencia de la República Dominicana, llegó allí en el año 1899. Después de probar suerte en San Pedro de Macorís como buhonero, montó en Santo Domingo un pequeño comercio de telas y provisiones en la zona de La Atarazana pro espacio de algunos años. Allí acumuló un pequeño capital y atraído por el auge comercial de Santiago, se mudo a ésta ciudad” (op. cit., p.76). Inoa dice que su traslado a Santiago ocurrió en 1908, pero Dumit aparece patentado como almacenista, asociado a José Antonio en 1907 (AHS, BM 540, 27 abril 1907), quien figura individualmente en 1906 (AHS, BM 509, 12 septiembre 1906). En 1908, su sociedad quedó disuelta, y Dumit asumió sus activo y pasivo, llamándola en lo adelante “Baduí Dumit & Co” (AHS, ED, 30 julio 1908). Establecido en la calle Del Sol, vendía telas, artículos de fantasía y prendas de vestir (AHS, ED, 6 febrero 1909). Otras referencias en AHS, BM 606, 25 marzo 1909, a.s.15 enero 1909 y AHS, ED, 29 noviembre 1913).

Inoa añade que “de simple comerciante al detalle, pasó en pocos años a construir grandes almacenes para la venta al por mayor de todas las clases de tejidos, abasteciendo el comercio de Santiago y de todo el Cibao” (Inoa, op. cit., p.79).

[238] AHS, BM 606, 25 marzo 1909, a.s.15 enero 1909.

[239] AHS, ED, 10 febrero 1910.

[240] AHS, ED, 3 mayo 1911 y 22 marzo 1913.

[241] AHS, ED, 16 febrero 1912. La casa comercial Alejandro Chabebe & Hermano, de Alejandro y José Chabebe, se estableció en 1911 en la calle Del Sol esquina Mercado (AHS, ED, 4 noviembre 1911. Ver además, AHS, BM 685, 25 octubre 1911, a.s.12 septiembre 1911). Fue disuelta en noviembre de 1914, habiéndose hecho cargo del activo y el pasivo de la misma el socio Alejandro Chabebe, quien continuaría los mismos negocios por su cuenta (AHS, ED, 19 noviembre 1914).

Alejandro Chabebe & Hnos. aparece patentado como mercería (AHS, BM 689, 28 noviembre 1911). En 1914 se retiró de la sociedad José Chabebe, asumiendo el activo y pasivo de la sociedad Alejandro y Najib Chabebe (AHS, ED, 3 octubre 1914). A Alejandro Chabebe se le cita como sirio (AHS, ED, 16 septiembre 1913). Una referencia sobre Alejandro, José y Mayía (Najib) Chabebe aparece en AHS, ED, 15 septiembre 1913.

[242] AHS, ED, 15 julio 1911 y 16 febrero 1912.

[243] AHS, ED, 16 febrero 1912.

[244] AHS, ED, 16 febrero 1912.

[245] AHS, ED, 16 febrero 1912.

[246] AHS, ED, 15 agosto 1912.

[247] AHS, ED, 16 noviembre 1914.

[248] ANSR, PN: JD, a.n.5, 8 enero 1915.

[249] AHS, BM 398, 27 enero 1903.

[250] AHS, BM 402, 23 abril 1903.

[251] AHS, BM 402, 23 abril 1903.

[252] AHS, BM 750, 16 mayo 1913.

[253] AHS, BM 483, 16 marzo 1906.

[254] AHS, BM 750, 16 mayo 1913.

[255] ANSR, PN: JD, a.n.24, 22 enero 1906.

[256] ANSR, PN: JD, a.n.5, 8 enero 1915.

[257] Estrella M., op. cit., p.18-19.

[258] Bueno, op. cit., p.185.

[259] AHS, BM 222, 1 febrero 1896, a.s.7 enero 1896. Esta referencia echa por el suelo el dato de Arturo Bueno de que Abraham Sahdalá llegó en 1897 (Bueno, op. cit., p.185). Tampoco fue el primer árabe en llegar a Santiago, pues como hemos dicho, la primera referencia de estos inmigrantes data de 1884 y 18 de ellos vivían en la ciudad en 1893.

[260] AL, LP, 11 noviembre 1896.

[261] AHS, ED, 3 enero 1907. En la directiva le acompañaban Miguel Dahdá, vicepresidente; Lazar Onais, tesorero; y Miguel Curis (sic), secretario.

[262] En 1896, se contó entre los que aportaron en la suscripción abierta para socorrer a las víctimas de un incendio en Puerto Plata (AHS, BM 248, 20 febrero 1897, a.s.8 diciembre 1896).

En 1909, estuvo entre las personas que contribuyeron para auxiliar las víctimas del temporal de San Severo (AHS, ED, 22 noviembre 1909), y en 1911, entre los que aportaron limosnas para el Colegio La Divina Pastora, de Santo Domingo (AHS, ED, 30 septiembre 1911).

En 1910 aportó diez dólares para las fiestas conmemorativas de la Restauración (AHS, ED, 2 agosto 1910). Su ejemplo dio pie a que se organizase una comisión para recolectar fondos entre miembros de la colonia siriana (AHS, ED, 3 agosto 1910).

En 1912, estuvo entre los suscriptores de la colecta a favor del señor Francisco X. Ricardo, quien quedó ciego la noche del incendio del mercado público, el 15 de febrero de 1912, para ayudarlo a ir a Santo Domingo a tratarse con el Dr. Grullón (AHS, ED, 23 febrero 1912) y en la que se abrió para socorrer a 79 familias pobres de la ciudad que carecían del sustento diario (AHS, ED, 12 noviembre 1912).

En ese mismo año se integró a una comisión para recaudar en provecho del Cuerpo de Bomberos el 25% del impuesto de patente (AHS, ED,  1 marzo 1912) y donó US$50.00 al Cuerpo de Bomberos para socorrer a los bomberos lesionados en el incendio del mercado público o para el uso que estimase conveniente (AHS, ED, 17 febrero 1912). También estuvo entre los comerciantes con los que el Gobernador obtuvo un empréstito diario para el racionamiento de las tropas del gobierno de Eladio Victoria, compuestas por 800 hombres, durante la revolución que lideró Desiderio Arias (AHS, ED, 20 noviembre 1912).

En 1913, socorrió con su óbolo a las víctimas del conflicto armado de ese año (AHS, ED, 19 septiembre 1913) y a la Cruz de Roja de Santiago (AHS, ED, 20 septiembre 1913). En el hospital habilitado por la Cruz Roja para atender a los heridos de la conflagración se dispusieron rondas de servicio, en las que participó (AHS, ED, 25 septiembre 1913). En 1914, en la colecta organizada a favor del Cuerpo de Bomberos para un nuevo uniforme, se contó también con su apoyo (AHS, ED, 14 enero 1914).

[263] La fecha la deducimos de su testamento en 1907, cuando declaró tener 55 años de edad (ANSR, PN: JD, a.n.113, 3 agosto 1907). Sin embargo, la lápida en su tumba en el Cementerio Municipal de Santiago indica que su fecha de nacimiento fue 1859.

[264] ANSR, PN: JD, a.n.113, 3 agosto 1907. Testamento de Abraham Sahdalá. En este documento declaró ser comerciante, tener entonces 55 años y practicar el catolicismo. Queriendo conservar las costumbres y leyes de su país por él y sus dos esposas ser extranjeras, legó a Juana Abdo el 5% de sus bienes,a su hija Genoveva el 25% y a su hijo Eufemio el 70%. El albacea de su testamento fue Víctor F. Thomén.  Thomén era de su extrema confianza: en 1905, propósito de un viaje al extranjero, lo había encargado de sus negocios en su ausencia (AHS, ED, 1 y 2 agosto 1905).

En 1913, Abraham Sahdalá aparece casado con María S., y otra hija, Eufemia, fallecida a los 10 años de edad, el 18 de abril de ese año. La nota necrológica resalta que era dominicana, de padres sirios (AHS, ED, 18 abril 1913). María S. viuda Sahdalá murió el 22 de diciembre de 1948 a la edad de 72 años (Lápida en su tumba en el Cementerio Municipal de Santiago).

[265] AHS, BM 253, 2 abril 1897, a.s.26 enero 1897.

[266] Fecha en la lápida de su tumba en el Cementerio Municipal de Santiago.

[267] Libro 21 de Defunciones, folio 330, acta 221, Oficialía del Estado Civil de la Tercera Circunscripción del municipio de Santiago.

[268] AHS, BM 357, 24 abril 1901.

[269] Libro 21 de Defunciones, folio 330, acta 221, Oficialía del Estado Civil de la Tercera Circunscripción del municipio de Santiago.  Salvador Sahdalá murió el 22 de junio de 1917 a la edad de 63 años. En la lápida de su tumba en el Cementerio Municipal de Santiago dice que tenía 61 años al momento de su muerte una hija, Ufemia, murió a los 5 años de edad el 30 de diciembre de 1901 (Libro 10 de Defunciones, folio 36, acta 374,  Oficialía del Estado Civil de la Tercera Circunscripción del municipio de Santiago). Otro hijo, Pedrito, murió el 6 de julio de 1914 (AHS, ED, 6 julio 1914).

[270] AHS, ED, 2 julio 1906.  Aparece como propietario de una tienda mixta en 1907 (AHS, BM 548, 6 julio 1907).  Otra referencia en AHS, ED, 11 noviembre 1911.

[271]AHS, ED, 5 febrero 1912. Sulaiby Sahdalá murió el 5 de febrero de 1912. Abraham Sahdalá es citado como su deudo (AHS, ED, 12 febrero 1912).

[272] AHS, BM 685, 25 octubre 1911.

[273] AHS, ED, 12 julio 1911.

[274] Sinecio Bichara Sahdalá Kazaily murió el 13 de abril de 1960 a la edad de 74 años (Lápida en su tumba en el Cementerio Municipal de Santiago).

[275] Manuel Hachem Sahdalá Kazaily murió en Nueva York el 3 de junio de 1948 (AL, LI, 1 septiembre 1948 y AGN, LN, 21 junio 1948).

[276] AHS, ED, 21 abril 1911. Hachim Sahdalá murió el 21 de abril de 1911. Fue enterrado al día siguiente (AHS, ED, 22 abril 1911).

[277] Abdad Mariam Kazaily murió en 1941 (AL, LI, 2 abril 1945 y 2 abril 1946. En las notas necrológicas aparecidas en estos días se citan, respectivamente, dos fechas de defunción, 31 de marzo y 8 de abril de 1941. En el periódico La Nación, del 9 de abril de 1947, se indica que la fecha de muerte fue 31 de marzo de 1941).

[278] AHS, BM 398, 27 enero 1903. Ver además, AHS, ED, 2 julio 1906.

[279] AHS, ED, 12 octubre 1907. Estaban ubicados en la calle Del Sol No.65. 

[280] AHS, ED, 7 noviembre 1912.

[281] AHS, ED, 1 julio 1904.

[282] AHS, ED, 20 junio 1904. Ver también, AHS, ED, 16 noviembre 1905. 

[283] AHS, ED, 31 octubre 1908.

[284] AHS, ED, 2 agosto 1910.

[285] AHS, ED, 2 abril 1912.  Otra referencia en AHS, ED, 4 marzo 1913.

[286] Homenaje a nuestro querido país en los 100 años de trabajo de la familia Haché - Publicación aparecida en ocasión del centenario de la casa Haché,  La Información, 2  octubre 1986.

[287] ANSR, PN: JD, a.n.140, 27 octubre 1900. Declaración de soltería de Julián P. Haché.

[288] ANFCA, a. 12 diciembre 1973. Acto de notoriedad sobre el fallecimiento y determinación de herederos de Antonio P. Haché, instrumentado por el Dr. Federico C. Alvarez. La fecha de su nacimiento fue 1 de octubre de 1889. Este documento nos ofrece su nombre libanés: Tannous Boutros Haché.

[289] ANSR, PN: JD, a.n.140, 27 octubre 1900. Declaración de soltería de Julián P. Haché.

[290] Homenaje a nuestro querido país en los 100 años de trabajo de la familia Haché - Publicación aparecida en ocasión del centenario de la casa Haché,  La Información, 2  octubre 1986.

[291] Haché S., Pedro O. El sensacional caso Haché, sin fecha, p.3.

[292] Libro 5 de Matrimonios, folio 69, acta numero 251,  parroquia San Felipe de Puerto Plata. Acta de matrimonio de Julián P. Haché y Gloria Schoewerer.

[293] Haché S., op. cit., p.4-5.

[294] ANSR, PN: JD, a.n.140, 27 octubre 1900. Su testimonio fue corroborado por Nacif P. Haché, Domingo P. Tallaj, Abraham P. Tallaj, Pablo A. Hued. Jorge A. Barraquet, Pablo F. Gobaira y Salomón Abidias, todos comerciantes establecidos en Santiago y naturales de Gazhir. 

[295] Homenaje a nuestro querido país en los 100 años de trabajo de la familia Haché - Publicación aparecida en ocasión del centenario de la casa Haché,  La Información, 2  octubre 1986.

Referencias sobre “El Gran Baratillo” aparecen en AHS, ED, 4 noviembre 1907, 4 enero 1908 y 27 abril 1910. En 1921, “El Gran Baratillo”  estaba en un departamento anexo al mercado público, con su frente a la calle Comercio  (ANFR, PN: IPR, a.n.148, f.673-675, 4 junio 1921).

[296] Haché S., op. cit., p.6. Referencias sobre “La Siriana” en Santiago en AHS, ED, 2 febrero 1903, 1 julio 1904 y 4 enero y 24 agosto 1908. 

[297] Libro 5 de Matrimonios, folio 69, acta numero 251,  parroquia San Felipe de Puerto Plata. De este matrimonio nacieron seis hijos: Carmela Ana Delia, Miguel Angel, Gloria Australia, Pedro Octavio, Luz Hotsille y Blanca Gloria. Doña Gloria murió en Santiago el 14 de diciembre de 1911 (AHS, ED, 14 diciembre 1911). Sobre los hermanos Haché Schoewerer, ver AHS, ED, 2 diciembre 1905, 1 septiembre 1908 (Pedro Octavio), 18 julio 1910 (Hotsille Luz) y 28 abril 1913 (Blanca Gloria).

Julián P. Haché casó después de haber obtenido el consentimiento de su padre. La carta que este le enviara en árabe fue traducida al castellano por su paisano Jorge A. Barraquet y aparece protocolizada junto a la traducción, instrumentada mediante acto auténtico (ANSR, PN: JD, a.n.128, 18 octubre 1900).

En 1918, Julián contrajo nuevamente matrimonio con María Trinidad Núñez, residente en Las Totumas, Santiago, con separación de bienes (ANFR, PN: IPR, a.n.76, f.156-157, 13 mayo 1918). Procreó en esta unión dos hijos, Julián y María Trinidad (Trinita), esposa de Rafael Holguín y fallecida en New Jersey el 7 de febrero de 1973.

[298] AHS, BM 278, 15 abril 1898. 

[299] Haché S., op. cit., p.6.

[300] Homenaje a nuestro querido país en los 100 años de trabajo de la familia Haché - Publicación aparecida en ocasión del centenario de la casa Haché,  La Información, 2  octubre 1986.

[301] Haché S, op. cit., p.7.

[302] AHS, ED, 10 febrero 1910.

[303] AHS, ED, 13 junio 1908. En noviembre de 1910 circulaba su número 13 (AHS, ED, 17 noviembre 1910). 

[304] AHS, ED, 10 febrero 1910.

Al frente de dicha sucursal fue que seguramente sería colocado Antonio P. Haché, el más pequeño de los hermanos (Haché S., op. cit., p.11-12), quien ya se encontraba en el país en 1908, pues consta que el 30 de agosto de ese año fue padrino de su sobrino Pedro Octavio, hijo de Julián, bautizado en la iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia de Santiago (AHS, ED, 1 septiembre 1908). Su inexperiencia y su conducta condujeron a la quiebra de aquella dependencia y fue obligado a embarcarse, con la promesa de su hermano Nacif de que, en unos años, sería hecho socio de la casa (Haché S., op. cit., p.12). Ya estaba en Gazhir en 1914 (AHS, ED, 21 enero 1914).

Antonio casaría en el Líbano el 8 de mayo de 1915 con la griega Katingo Samia Zogbi Fradadache, nacida en Khania, isla de Creta, el 8 de octubre de 1899, hija de Samia Zogbi, libanés y Marigot Fradadache, griega, con quien procreó a Aida, Jean Antonio, Lydia -nacidos en El Líbano- George, Margot y Antonio Pedro (Anthony) Haché Zogbi, nacidos en Santiago. Con el matrimonio, Katingo se convirtió a la religión maronita, que era la de su esposo, abandonando la greco ortodoxa (Datos de su nieta Ana Margarita Haché Alvarez de Yunén. También, “Homenaje a nuestro querido país en los 100 años de trabajo de la familia Haché” - Publicación aparecida en ocasión del centenario de la casa Haché,  La Información, 2  octubre 1986).

[305] AHS, ED,  1 agosto 1910.  Uno de los productos que importaban era gas: en 1910, la goleta de los hermanos Calín y Emilio Zeller, que venía de Nueva York, naufragó en la entrada del puerto de Puerto Plata cargada con gas para la Nacif P. Haché Hermanos (AHS, ED, 24 mayo 1910).

[306] AHS, ED, 8 diciembre 1910.

[307] En este sentido: 

ANFR, PN: IPR, a.n.3, f.9-12, 2 enero 1919. Hipoteca de Sebastián de Lora a favor de Nacif P. Haché Hnos.

ANFR, PN: IPR, a.n.409, f.1701-1702, 4 noviembre 1919. Cancelación de hipoteca de Nacif P. Haché Hnos. sobre inmueble de José Canaán en Moca.

ANFR, PN: IPR, a.n.107, f.434-437, 2 marzo 1920. Hipoteca consentida por Irene Mera Vda. González y Sebastián Francisco de Lora a favor de Nacif P. Haché Hnos. sobre casa en la calle Sánchez.

ANFR, PN: IPR, a.n.136, f.695-699, 16 junio 1922. Hipoteca de Arturo Rojas y María Altagracia Fernández de Rojas a favor de Nacif P. Haché de propiedades en La Jagua, La Vega.

[308] En este sentido:

ANFR, PN: IPR, a.n.15, f.75-78, 18 enero 1922. Venta de Leopoldo Esteban Jiménez a la Nacif P. Haché Hnos. de terrenos comuneros en Constanza.

ANFR, PN: IPR, a.n.81, f.415-418, 4 mayo 1922. Venta de Hipólito Acosta a favor de Nacif P. Haché Hnos. de propiedad agrícola en Los Cayucos, Dajabón.

ANFR, PN: IPR, a.n.82, f.419-423, 6 abril 1922. Venta de Delfín Cortés a favor de Nacif P. Haché Hnos. de propiedad agrícola en Laguna Salada.

ANFR, PN: IPR, a.n.167, f.325-328, 18 agosto 1922. Venta de Ramón Emilio Fermín a favor de Nacif P. Haché Hnos. de propiedad agrícola en Estancia del Yaque.

[309] AJAC, Carta de Antonio P. Haché a Manuel Arturo Tavares, 21 agosto 1909, en hoja timbrada de La Siriana. Ver también, AHS, ED, 10 febrero y 1 agosto 1910. 

[310] AHS, BM 681, 30 agosto 1911, a.s.1 agosto 1911.

[311] AHS, BM 671, 20 mayo 1911, a.s.21 abril 1911.

[312] AHS, ED, 28 febrero 1913. Ver además, AHS, ED, 1 febrero 1913. El dato lo corrobora Pedro O. Haché S. en op. cit., p.13.

[313] ANFR, PN: IPR, a.n.83, f.327-338, 29 marzo 1919.

[314] Haché S., op. cit., p.15.

[315] ANFR, PN: IPR, a.n.471, f.1971-1977, 16 diciembre 1919.

[316] Idem.

[317] ANFR, PN: IPR, a.n.3, f.9-12, 3 enero 1920.

[318] Idem.

[319] ANFR, PN: IPR, a.n.48, f.189-194, 12 febrero 1920. Los demás accionistas fueron Pedro Fadul, Baduí M. Dumit, Julián Ramia, Julián P. Haché, Pedro Dumit, José A. Dumit, Jacinto Dumit y Antonio P. Haché, entonces residente en Beirut, por lo que fue representado por su hermano Nacif.

[320] ANFR, PN: IPR, a.n.23, f.109-112, 4 febrero 1922.

[321] ANFR, PN: IPR, a.n.113, f.573-578, 15 mayo 1922.

[322] ANFR, PN: IPR, a.n.359, f.1532-1537, 4 octubre 1920.

[323] ANFR, PN: IPR, a.n.186, f.825-831, 25 junio 1921. Nicolás Maleck fue apoderado de esa sucursal. El dato o corrobora Haché S., op. cit., p.13. 

[324] En 1922, Faride P. Haché otorgó poder a Nacif P. Haché para representarla en todos sus negocios radicados en el país, en Monte Líbano y cualquier otro país (ANFR, PN: IPR, a.n.47, f.249-252, 6 marzo 1922). Sobre la muerte de Faride Haché, ver Haché S., op. cit., p.20-21. 

[325] Hache S., op. cit., p.21-23.

[326] Haché S., op. cit., p.21-22. La fecha de llegada de Antonio P. Haché para ponerse al frente de los negocios familiares se deduce del dato de que al momento de la crisis societaria tenía ocho años en el manejo de los mismos.

[327] ANFCA, PN: FCA, a.n.12, f.68-73, 18 marzo 1929.

[328] ANFCA, PN: FCA, a.n.13, f.74-79, 18 marzo 1929.

[329] ANFCA, PN: FCA, a.n.15, f.86-91, 18 marzo 1929.

[330] ANFCA, PN: FCA, a.n.18 a 34 y 42 a 47.

[331] ANFCA, PN: FCA, a.n.14, f.80-85, 18 marzo 1929.

[332] Haché S., op. cit., p.28-39.

[333] Haché S., op. cit., p.32-33.

[334] ANFR, PN: IPR, a.n.38, f.302-309, a.n.21 febrero 1931. Ver además, a.n.22, f.201-210, 11 febrero 1931; a.n.41, f.317-327, 2 marzo 1931; a.n.44, f.343-353, 6 marzo 1931 y a.n.65, f.497-502, 18 junio 1931.

[335] Haché S., op. cit., p.37-38.

[336] Haché S., op. cit., p.32-33 y 38-39.

[337] Haché S., op. cit., p.32-33 y 41.

[338] ANOC, PN: JMCB, a.n.2, 1932. Suscripción de acciones de la Antonio P. Haché & Co., C. por A. Su capital autorizado fue de $2,000.00 y pagado de $450.00 (“Homenaje a nuestro querido país en los 100 años de trabajo de la familia Haché” - Publicación aparecida en ocasión del centenario de la casa Haché,  La Información, 2  octubre 1986).

[339] Antonio P. Haché construyó su residencia familiar en la calle San Luis de Santiago. Su solar lo adquirió en 1929 de manos del Lic. Furcy Castellanos. La hipotecó en 1931 a favor de Chicre Sued (ANFR, PN: IPR, a.n.52, f.392-396, a.n.6 abril 1931).

[340] Haché, op. cit., p.35.

[341] Haché S., op. cit., p.41.

[342] Haché S., op. cit., p.40.

[343] Haché S., op. cit., p.34-35.

[344] Homenaje a nuestro querido país en los 100 años de trabajo de la familia Haché - Publicación aparecida en ocasión del centenario de la casa Haché,  La Información, 2  octubre 1986.

[345] Idem.

 

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