INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 26 DE DICIEMBRE DE 2015

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CHINOS EN LA RURALÍA DE LICEY EN EL SIGLO xix (2 de 2)

Preparado por Edwin Rafael Espinal Hernández

 

Los chinosprecisa José del Castilloempezaron a llegar en grandes contingentes a las tierras americanas a mediados del siglo XIX, como consecuencia de la crisis de brazos que afectó a numerosas economías de plantación. Llegaron en calidad de siervos contratados a laborar en los ingenios del Caribe y de Perú, y en los depósitos de guano de las islas Chinchas”.

Mu-Kien Sang acota que ya para 1861, algunos chinos se encontraban en el país y que incluso en la guerra restauradora, en 1864, participó en las filas dominicanas un tal Pancho “El Chino. De acuerdo a esta autora, chinos arribaron a Puerto Plata por iniciativa del gobernador Segundo Imbert, y en el nordeste del país se asentaron chinos culíes importados desde Cuba por Gregorio Riva, los que trabajaron inicialmente en la fabricación de cal y ladrillos y constituirían el tronco de familias dominicanas en la provincia Duarte, con la asunción de nombres y apellidos españoles. Sin embargo, Eugenio Cruz Almánzar sostiene que los chinos que dejaron descendencia en la región nordeste llegaron desde Cuba en un balandro después de la guerra de la Restauración. Cruz dice que esos chinos fueron doce y que entre ellos estaban José Añil, Paulino Gómez, José Socorro, José Sanz, Estanislao Díaz, José Victorio, Escolástico Díaz, José Martínez y Domingo Rosario. Alberto Ferreras agrega en ese grupo a otro que no tenía nombre castellano y que era identificado como “el asiático”, apelativo que dio origen al apellido Asiático. A ese conjunto debió pertenecer también el innominado padre de las maestras Antera (San Francisco de Macorís, 3 de enero de 1871- Puerto Plata, 24 de mayo de 1916)[1] y Mercedes Mota (San Francisco de Macorís, 2 de agosto de 1880- Nueva York, 12 de marzo de 1964)[2].

En Uveral y Las Palomas, próximo a Licey, vivían al menos cuatro chinos a fines de la década de 1860 y mediados de la década de 1870 igualmente con apellidos castellanizados: Hilario Caballero, José María de Lima, Pascual Rodríguez y Cayetano Rodríguez Castillo. Las actas en la que constan las informaciones que conocemos de estos inmigrantes fueron localizadas por el genealogista Juan Espósito, quien nos cedió gentilmente facsímiles de las mismas para este trabajo.  

Hilario Caballero, hijo de padres desconocidos, casó en la Iglesia Mayor de Santiago el 13 de noviembre de 1869 con Estefanía (o Estebanía) Santiago Mendoza. Al día siguiente contrajo matrimonio civil. En esta acta figura como Ylario, así como con el que aparentemente era su real apellido y el nombre de sus padres, pero la caligrafía no nos permite descifrarlo. Residía en La Paloma (Las Palomas), era labrador y tenía entonces 32 años.

José María de Lima, hijo natural de Baltazara de Lima (o Lima), nació en China en 1833. La declaración de su nacimiento la realizó Benito Hernández, vecino de Uveral, el 7 de agosto de 1873. Al día siguiente fue bautizado en la Iglesia Mayor. En el acta de bautizo se indica que nació el 15 de enero de 1833 “en el gran Ymperio de la China (Asia)”.

Pascual Rodríguez, natural de Cantón, hijo de José Rodríguez y María Caballero, residente en Las Palomas, casó en Santiago el 28 de noviembre de 1876 a la edad de 35 años con Gabriela Castillo Rodríguez, de 20 años. Procrearon al menos dos hijas: María, nacida el 9 de diciembre de 1878, y Juana Irene, nacida el 21 de octubre de 1880.

Cayetano Rodríguez Castillo, hijo de José Rodríguez y María Castillo, casó en Santiago, el 10 de septiembre de 1873, entonces de 28 años, con Evangelista Castillo Mejía, hija de Edmundo Castillo y Francisca Mejía, .

¿Serían estos chinos parte del grupo que llegó al nordeste del Cibao en la segunda mitad del siglo XIX? Si lo fueron, ¿por qué dejarían esa zona y que los motivó a establecerse en el área rural? ¿Cómo se integraron en los lugares donde desarrollaron sus existencias? ¿Caballero y Lima dejaron descendencia? ¿Casarían las hijas de Pascual Rodríguez? Nuevas investigaciones podrían ofrecernos la respuesta a estas interrogantes.


Fuentes Bibliográficas:

[1] Julia, Julio Jaime: Haz de luces, Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), Santo Domingo, 1990, p.82.

[2] Julia, op. cit., p.86.

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