INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

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SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 5 DE SEPTIEMBRE DE 2009

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LOS APELLIDOS DEL RON: TAVARES (1 de 2)

Preparado por Edwin Rafael Espinal Hernández

 

El ron Tavares, vinculado a la historia económica de Santiago, debe su nombre a Manuel de Jesús Tavares Portes (18 de octubre de 1841-2 de junio de 1906), quien se iniciaría en la vida comercial en 1860, cuando fundó su establecimiento mercantil “El Gallo de Oro”, que sería el génesis de la “Ml. de Js. Tavares Sucs., C. por A.”.

Se presume que Tavares fabricó ron desde muy temprano, pues su padre le legó al morir en 1860 un alambique montado en un bohío también de su propiedad en la calle Libertad, actual Máximo Gómez de Santiago. Una anécdota lo sitúa como productor etílico para 1863: en septiembre de ese año, previo a su salida de la ciudad junto a sus hermanos antes de que fuese destruida como producto del enfrentamiento de las tropas dominicanas y españolas durante la guerra de la Restauración, echó en la tina de mosto de su alambique veinticuatro onzas españolas de oro, recomendando cuidarlo a un peón de nombre Agapito, a quien dio órdenes de permanecer en la población. Manuel de Jesús Tavares y su familia se dirigieron a Moca y luego se refugiaron en la zona rural de San Francisco de Macorís, pasando luego a la propia población nordestana. A su regreso, encontró que todas sus propiedades habían sido destruidas, pero el fiel Agapito guardaba sus escombros, sable en mano. Vaciada la tina de mosto, sacó la pequeña fortuna en ella depositada y con ella, a golpe de trabajo, empezó de nuevo.

Luego del incendio, Tavares se asoció con su pariente Alejandro Antonio Reyes, instalándose en una casa de tablas de palma cobijada de yagua en el costado Oeste de la plaza del mercado. La sociedad duró menos de un año, pues ambos aparecen por separado en una lista de comerciantes levantada el 14 de mayo de 1864 por el general Pedro Gregorio Martínez, gobernador civil y militar de Santiago, asistido por el oficial secretario Agustín Franco Bidó.

Tras su separación, Manuel de Jesús Tavares se ubicó en una casa techada de yagua construida en el solar paterno de la calle Libertad, donde vendía mercancías tales como andullos, cigarros, aguardiente y frutos agrícolas. El capital que logró acumular en los primeros años de la Segunda República le permitió trascender el oficio de pulpero, calidad bajo la que aparece provisto de patente junto a la de alambiquero en los años 1867 y 1868. En efecto, en 1871 figura como propietario de una tienda mixta; en 1880 aparece como especulador en tercera escala; en 1886 se le concedió patente como mercero en segunda escala; en 1890 se le clasificó como almacenista y mercader en segunda escala y en 1896 como comerciante. Su identificación como alambiquero correría pareja a su ejercicio de actos de comercio: en 1867 y 1871 aparece como propietario de un alambique de un punto, capacidad que tenía todavía en 1885, pero que en 1887 ya era de dos puntos. En 1895 se le concedió una patente como propietario de una destilería y en 1898 por un alambique de seis puntos, lo que avala lo antes afirmado.

Además de ron, Tavares producía aguardiente, alcohol, bay rum, licor, amargo, ginebra y vino tinto. De sus niveles de producción no tenemos datos, pero la presencia del afamado ron Tavares en las exposiciones universales de París en 1889 y de Bruselas en 1897 en la que ganó una “mención honorable” y 1910 en la que ganó una medalla de oro; en la Exposición Regional del Cibao en 1918 en la que obtuvo una medalla de oro en la Exposición Nacional de 1927 y en la Exposición Universal de Sevilla de 1929 en la que también fue galardonado con medalla de oro,  dejan por sentado su aprecio en el mercado consumidor.

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