INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 10 DE ABRIL DE 2021

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JOSÉ NICOLÁS GÓMEZ Y UN DOCUMENTO DE LA ÉPOCA DE LA DOMINACIÓN HAITIANA

Preparado por Edwin Rafael Espinal Hernández

 

El enemigo habiendo así reunido todas sus fuerzas, atacó entonces a nuestra derecha tan furioso, que una docena de ellos vinieron a expirar al pie de nuestra batería derecha, muertos por nuestros fusileros”. Así describía el general José María Imbert una de las escenas de la batalla de Santiago del 30 de marzo de 1844 a la Junta Central Gubernativa en su parte oficial como comandante del ejército dominicano triunfante en la ocasión. La acción mencionada tuvo como protagonistas a los infantes del batallón de la Guardia Cívica denominado “La Flor”, comandado por el teniente coronel Ángel Reyes, y el tercer regimiento de infantería, encabezado por José Nicolás Gómez[1] (circa 1809[2], Santo Domingo[3]-La Vega, 1852[4]), su primer comandante[5], y tuvo lugar en la zona del fuerte Dios[6]. Cesadas las hostilidades, Gómez, junto al coronel Pedro Eugenio Pelletier, su superior directo, fue designado por el general José María Imbert para concertar la tregua y retirada reclamadas por el derrotado general Jean Louis Pierrot en esa acción de guerra[7].

El tercer regimiento de infantería del naciente ejército dominicano era, antes de proclamarse la independencia, el regimiento 33 de infantería haitiano[8], creado por el presidente Jean Pierre Boyer en 1822, junto a los regimientos 31 y 32 —numeraciؚón que seguía la de los regimientos existentes en Haití y que ascendían a treinta—, con sendas compañías formadas en Santiago, La Vega y Puerto Plata. Tenía asiento en Santiago, por ser la capital del Departamento del Norte, mientras que los regimientos 31, integrado por morenos libres, y 32, constituido por los llamados “libertos de la palma” (esclavos liberados por la proclama del 9 de febrero de 1822), radicaron en la ciudad de Santo Domingo. Constituían el núcleo principal de las tropas de línea en la parte este de la isla y sus oficiales —entre ellos el propio Gómez, los hermanos José Joaquín, Eusebio y Gabino Puello y Felipe Alfau Bustamante— fueron profesionales de carrera[9]. Gómez era capitán de este cuerpo en 1837[10].

Al frente de su regimiento, Gómez participó además en la batalla de Beller, el 27 de octubre de 1845, donde actuó como jefe de línea del centro[11]. Alcanzó el grado de general de división y murió en La Vega mientras se desempeñaba como Jefe Superior Político de esa provincia[12].

Fuera de la documentación militar en la que se le cita, Gómez figura como beneficiario de un Don Nacional de veinticinco carreaux de terreno otorgado por el presidente Jean Pierre Boyer en Puerto Príncipe el 18 de abril de 1825 en la habitación Cafeyere, El Mamonal, en Santiago; para entonces era coronel del regimiento 33. El documento se preservó entre sus descendientes y constituyó el título matriz para la venta a varias personas en las décadas de 1880 y 1890, entre ellos José Desiderio Valverde, cuyo hijo, Manuel Desiderio Valverde, por sí y por su hermana Ana Rita Valverde, esposa de Manuel García Cabral, y la sucesión de su hermano Emilio Valverde, lo depositó en 1916 en la escribanía del notario Joaquín Dalmau como parte de un legajo de 25 actos bajo firma privada referidos a compras de terrenos en Nibaje y Marilópez que su padre había convenido con propietarios en esas secciones a fines del siglo XIX. Su interés con su protocolización obedecía a que deseaba otorgarles la autenticidad necesaria en atención a su eventual expedición certificada a futuro y así hacerlos valer en provecho de la sucesión de su padre y su madre Ana Rosa Mallol[13].

Este documento es interesante por varias razones. La primera, por evidenciar una política del gobierno haitiano respecto de terrenos del Estado. La segunda, resalta la riqueza documental que se perdió en Santiago producto de su incendio en 1863. La tercera, nos revela una toponimia santiaguera perdida, pues los nombres de Cafeyere y El Mamonal hoy no existen en los entornos de Nibaje y Marilópez.

La concesión fue otorgada en virtud de la ley haitiana del 26 de abril de 1814, norma que junto al bando del 30 de diciembre de 1809 y las leyes 20 de marzo y 4 de noviembre de 1812 y 5 de marzo y 12 de abril de 1814, en la República dirigida por Alexandre Petión, fundamentó la atribución de terrenos entre altos funcionarios, oficiales superiores, comandantes y el pueblo llano[14]. En la parte este de la isla dicha ley tuvo su correlato en la promulgada el 8 de julio de 1824, que determinó las propiedades que pasaron a pertenecer al Estado y que regulaba, respecto de los particulares, el derecho de propiedad territorial. En virtud de esta ley, que buscaba eliminar el sistema propietario de los terrenos comuneros existente en Santo Domingo, todos los habitantes tendrían derecho a poseer tierras propias, amparadas por un título expedido por el Estado; ningún nuevo dueño podía tener menos de 5 carreaux. En el caso de Gómez, le fueron asignados 25 carreaux, con el objeto de hacerlas cultivar para producir bienes de consumo exportables y los alimentos necesarios para su subsistencia. La equivalencia de la medida haitiana es contrastante: Frank Moya Pons dice que 5 carreaux equivalían a 19.2 tareas[15], de modo que a Gómez le atribuirían 96 tareas, pero Wenceslao Vega cita que la misma cantidad equivalía a 100 tareas[16], de modo que, siguiendo a este autor, Gómez sería propietario de 500 tareas. 

Tras su muerte, su viuda María del Rosario López, sus hijos Tomás, Juan Antonio y F. A. Gómez López y sus nietos siguieron detentando la propiedad de las tierras entregadas por Boyer, acaso antiguos terrenos comuneros expropiados como parte de la política haitiana de reforma de la propiedad inmobiliaria. Con las rebajas al título del Don Nacional, producto de sucesivas ventas, aquellos carreaux se desmembraron entre numerosos nuevos dueños, que a su vez traspasaron a otros terceros esas hijuelas, hasta disolver en el recuerdo aquella merced frente al río Yaque.


Notas Bibliográfícas:

[1] Hungría Morell, José Joaquín: Calendas históricas y militares dominicanas, Museo Nacional de Historia y Geografía, Santo Domingo,1985, p.122.

[2] En 1858 tenía 49 años (Rodríguez Demorizi, Emilio: Hojas de servicios del ejército dominicano, Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, 1976, volumen II, p.403).

[3] Martínez, Rufino: Diccionario biográfico-histórico dominicano, Universidad Autónoma de Santo Domingo, Santo Domingo, 1971, p.199.

[4] Martínez, op. cit., p.199.

[5] Hungría Morell, op. cit., p.30-31.

[6] Hungría Morell, op. cit., p.121-122.

[7] Hungría Morell, op. cit., p.31 y 124.

[8] Hungría Morell, op. cit., p.121-122.

[9] Hungría Morell, op. cit., p.20 y 22.

[10] Rodríguez Demorizi, Emilio: Hojas de servicios del ejército dominicano, Academia Dominicana de la Historia, Santo Domingo, 1968, volumen I, p.182).

[11] Hungría Morell, op. cit., p.124.

[12] Martínez, op. cit, p.199.

[13] Archivo notarial José Santiago Reinoso Lora. Protocolo Joaquín Dalmau, tomo II, acto 216.

[14] Joachim, Benoit: La estructura social en Haití y el movimiento de independencia en el siglo XIX, Secuencia, número 2, mayo-agosto 1985, nota 11. 

[15] Moya Pons, Frank: La dominación haitiana 1822-1844, UCMM, segunda edición, 1972, p.56 y 58-59.

[16] Vega B., Wenceslao: Historia del derecho dominicano, Amigo del Hogar, Santo Domingo, 2002, cuarta edición, p.154.

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