INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SUPLEMENTO CULTURAL DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 11 DE NOVIEMBRE DE 2023

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LOS CANAL: UNA FAMILIA HAITIANA EN SANTIAGO

Preparado por Edwin Rafael Espinal Hernández

 

La investigación genealógica nos conduce en ocasiones por caminos insospechados. Buscando un dato que lamentablemente no aparecerá, en contrapartida encontramos otro que nos da la pista para descubrir información siquiera insospechada. Un caso ilustrativo de esta situación lo vivimos con la familia Canal, de Santiago.

En 1915, el inmigrante italiano Genaro Cantisano compró mediante acto auténtico instrumentado por el notario Joaquín Dalmau un solar en la calle General Valverde, en Santiago, a la sucesión Canal, integrada por Rosa Canal, Rafael, Armando, Juan, Antonio y Matilde Caimares Canal, en representación de su madre y abuela Teresa de Jesús Canal; Ramón, María y Adolfo Canal, por sí y por sus hermanos Efraín y América Canal, en representación de su madre Juana Francisca Canal, y Dolores Canal. El solar lo habían heredado de su padre y abuelo Achil Canal, quien lo había comprado a su vez a Josefa Gómez, conforme acto auténtico instrumentado por los notarios Narciso Román y Vicente Antonio Reyes el 15 de mayo de 1853. Lo llamativo de dicha operación inmobiliaria fue que los sucesores Canal declararon que el solar lo habían poseído desde el siglo XVIII y que no presentaron título por haberlo perdido en el incendio de la ciudad por los haitianos en 1805.

Si fue así el solar perteneció a María Rosa Canal, madre de Achil Canal (Acir en su acta de defunción y Asil, Arcil y Acil en otros documentos), haitiano, y quien murió en Santiago a la edad de 85 años el 3 de marzo de 1887. Canal casó con Rosa López, fallecida en Santiago el 17 de julio de 1898 a los 87 años y tuvo una extensa familia de nueve hijos, a saber, Francisco Antonio, Manuel María, María Catalina, María del Carmen, Teresa de Jesús, Juana Francisca, Dolores, Pedro María y Rosa.

La descendencia de esta prole fue limitada: Francisco Antonio Canal López falleció en Santiago a los 32 años el 19 de abril de 1882; su hermano Manuel María murió también en Santiago con la misma edad el 11 de febrero de 1883; María Catalina, nacida en Haití, murió en Santiago el 29 de enero de 1889 a los 47 años y María del Carmen falleció en Santiago el 27 de febrero de 1890 a los 32 años. Al momento de su deceso eran solteros. De los demás hermanos, Dolores, que sepamos, fue madre de Eladio Canal, fallecido a la edad de 6 años y medio en Santiago el 29 de junio de 1891, y Juana Francisca procreó a Ramón, María, Adolfo Iginio, Efraín, América y Pedro María Canal. De ellos, Ramón María nació en Santiago el 23 de mayo de 1876 y murió en San Francisco de Macorís el 5 de julio de 1915; Adolfo Iginio nació en Jobo Corcovado, Guayubín el 11 de enero de 1892; Efraín nació en La Peñuela, entonces perteneciente a la común de Santiago el 11 de febrero de 1893, y Pedro María, casado con Colasa Martínez, murió en Santiago con 24 años el 25 de febrero de 1905. De su lado, Teresa de Jesús Canal Canal López fue madre de Vidal Canal, nacido en Santiago el 27 de abril de 1876. Con José Antonio Caimares procreó a Rosa Virginia, nacida en Santiago el 19 de octubre de 1868; Rafael, Armando, Juan, Antonio y Matilde Caimares Canal.

Acaso el miembro más conocido de esta familia fue Antonio (Toño) Caimares Canal, encargado durante 30 años de la fábrica de cigarrillos La Matilde, de Simeón Mencía; director de la sección de tabaquería de La Habanera, masón de la Logia Nuevo Mundo No. 5 y fundador en 1908 de la fábrica de cigarros y cigarrillos La Marina. Casó con Regina de la Rosa, también conocida como Regina Flores. Estuvo expulso por causas políticas y en 1904 el presidente Carlos Morales Languasco le concedió un salvoconducto para que regresara al país por Puerto Plata.

Murió en Santiago el 10 de febrero de 1914 a la edad de 50 años. Fue padre, entre otros, de Rafael Caimares Flores, fallecido en Santiago a los 32 años, soltero, el 2 de junio de 1918, y de Domingo Antonio Caimares Flores, quien casó a la edad de 20 años con Cristina Altagracia Pichardo, entonces de 15 años, hija natural reconocida de Aníbal Pichardo Valerio y Lucía Ercilia Toribio, y fallecido en Santo Domingo el 4 de octubre de 1976.

El acto de venta de 1915 fue clave para reconstruir la genealogía de esta familia de raíces haitianas asentada en Santiago, que pervivió por tres siglos entre sus pobladores y de la que apenas tenemos noticias a través de actas eclesiásticas y del Estado Civil. 

 

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