INSTITUTO DOMINICANO DE GENEALOGÍA, INC.

Cápsulas Genealógicas

 

SECCIÓN SABATINA DEL DIARIO Hoy

SÁBADO, 21 DE JUNIO DE 2014

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LOS FROMESTA (1 de 2)

Preparado por Joan Manuel Ferrer Rodríguez

 

Esta investigación, detenida desde hace años, recibió un decidido impulso renovador a raíz de la lectura de nuestro discurso de incorporación como miembro numerario del prestigioso Instituto Dominicano de Genealogía. Pues bien, resulta que en aquella solemne jornada, y como resultado de una recurrente mención del apellido Fromesta, recibimos la oportuna observación de dos ilustres colegas genealogistas, quienes simpáticamente nos indicaban que la forma correcta del apelativo debía ser la que se escribe sin el grafema s: Frómeta, afirmando con sobrada razón que es esta, y no otra, la variante que sobrevive actualmente entre nosotros.

En términos generales, podemos empezar por decir que Frómista, acentuado a la usanza visigótica en la primera vocal/sílaba, es un topónimo castellano derivado en apariencia del antropónimo Fromesta, que como tal aparece consignado desde el siglo X en algunos de los fondos diplomáticos medievales que se conservan con riguroso celo en el archivo  capitular de la antigua catedral de León, España. Por demás, huelga decir que la milenaria localidad palentina de Frómista, antaño conocida como Fromesta del Camino es, desde tiempos inmemoriales, parada obligatoria en el secular y siempre concurrido Camino de Santiago.

El tronco de la rama que nos interesa lo conforman dos vecinos de Granada, Diego de Fromesta y su mujer Juana de Góngora, progenitores, a la sazón, de Juan, primero del nombre, y a quien se debe la aparición inicial del apellido en nuestras latitudes. En efecto, en el Catálogo de Pasajeros a Indias, confeccionado a partir de las licencias emitidas por la Casa de Contratación de Sevilla, se consigna el paso a Cartagena, en 1535, del nombrado Juan de Fromesta que acompañaba, en esa ocasión, al mismísimo Juan del Junco que luego ocuparía la factoría y la veeduría de la Española, amén de un regimiento en el antiguo cabildo de la ciudad de Santo Domingo. 

Por su parte, el cronista Pedro del Prado y Pardo señala, en su Libro de las Familias de Bayamo, que el matrimonio hispalense conformado por Juan de Fromesta y Leonor Rodríguez de Ayala pasó a México en algún momento del siglo XVI, y que tiempo después sus miembros se trasladaron a la vecina isla de Cuba, donde afincaron definitivamente. Añade, además, los nombres de sus hijos, a saber: Cristóbal, Juan, que sigue; Pedro e Hipólito.

Juan de Fromesta Rodríguez, segundo del nombre, capitán, escribano público y del cabildo de Santiago de Cuba, tomó por esposa a Beatriz Ortiz Montejo, hija de Juan Ortiz Montejo, extremeño, y Luisa de Lagos, natural de San Salvador de Bayamo. Por conducto del mismo instrumento, sabemos que los abuelos paternos de Beatriz fueron Juan Ortiz y María Fernández del Campo, mientras que los abuelos maternos lo fueron García de Lagos, natural de Villafranca de los Barros, quien en vida ejerció las funciones de regidor, alcalde y capitán en la villa bayamesa, e Inés del Águila y de la Jardina. Del matrimonio concertado entre Juan y Beatriz nacieron: Beatriz, Hipólito, en quien continua la línea y Cristóbal.

Hipólito de Fromesta maridó con doña Ana Jacinta de la Cerda, en quien tuvo a: Juan.

Juan de Fromesta de la Cerda, tercero del nombre, celebró nupcias con Mariana Sánchez de Villanueva y Ramírez, hija del capitán Francisco Sánchez de Villanueva, natural de Cantabria, y doña Francisca Ramírez. Esta unión engendró a: Leonardo José de Fromesta Montejo, cabeza de la rama establecida en Santo Domingo; Juan José y Diego de Fromesta  Sánchez.

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